Mirando hacia atrás, los graduandos de la clase del 2040 verán un país en el que nadie se preocupó por ellos, ni por la calidad de su educación, porque cada cual estaba pendiente solo a lo suyo, escribe Armando Valdés Prieto
Mirando hacia atrás, los graduandos de la clase del 2040 verán un país en el que nadie se preocupó por ellos, ni por la calidad de su educación, porque cada cual estaba pendiente solo a lo suyo, escribe Armando Valdés Prieto
Los cambios demográficos que experimenta Puerto Rico no solo nos impactan hoy; desproporcionadamente marcarán el mañana. Entretenidos con los debates cortoplacistas, fútiles, absurdos y risibles del presente, les estamos legando a nuestros hijos y nietos un país insostenible. Veamos el caso de la clase del 2040.
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