

En el primer debate con Hillary Clinton de 2016 el entonces candidato presidencial Donald Trump compareció al encuentro asediado por el escándalo de una grabación en la que se le escuchó diciendo vulgaridades sexuales contra las mujeres. Horas antes del evento, influyentes líderes republicanos sugerían que cediera la candidatura al nominado vicepresidencial Mike Pence. Fue entonces cuando los asesores de Trump se las ingeniaron para llevar al debate como espectadoras de primera fila, a un grupo de mujeres que años atrás acusaron al expresidente Bill Clinton de haberlas atacado sexualmente y, a su esposa, por haberlas difamado. El truco neutralizó el daño a la imagen de Trump y su fanaticada celebró la astucia de su estrategia.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: