La ciudad de Detroit radicó quiebra en julio del 2013. Al momento de la quiebra una tercera parte del presupuesto de la ciudad era destinado a pagar pensiones. Un gerente financiero fue designado para manejar todo el proceso de reestructuración de la deuda, con amplia discreción y apoyo de todos los sectores. A los 17 meses de la radicación, el Juez de Quiebras aprobó el plan de reestructuración pactado por todas las partes. El plan ha sido exitoso. Hoy Detroit tiene una calificación crediticia de BB con acceso a los mercados de capital.