María no pudo con el amor de madre
Quien la conoce sabe que es así. Intensa, apasionada, ilusionada y obsesionada con la unión familiar. No existe Navidad que no pasemos juntos (papi, ella, mis hermanas y maridos o novios y los niños) sentados en una butaca de la sala para abrir los regalos uno por uno. Claro, luego de degustar el súper duper desayuno de Navidad que ella nos prepara sin importar la hora en la que se haya acostado.
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