Las consecuencias del descalabro primarista perdurarán. El Supremo proveerá alguna solución a corto plazo, pero las consecuencias trascienden estos pleitos, dice Carlos Iván Gorrín Peralta
Las consecuencias del descalabro primarista perdurarán. El Supremo proveerá alguna solución a corto plazo, pero las consecuencias trascienden estos pleitos, dice Carlos Iván Gorrín Peralta
A poco más de un año de los eventos del verano de 2019, una vez más el país se encuentra desconcertado ante otro descalabro político. Como ocurrió entonces, un aspecto de la crisis llega a consideración del Tribunal Supremo de Puerto Rico. Alguna gente piensa que la oportuna intervención de ese tribunal pondrá orden y que se resolverá el problema de las primarias malogradas. En el imaginario popular los jueces y juezas sabrán qué hacer ante el desorden de los políticos. Es como cuando en otros tiempos y culturas se recurría a los sumos sacerdotes del templo, que se comunicarían con los dioses para encontrar la solución a la crisis, y que por mandato divino habría que ejecutar.
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