Masacre en Texas: la tragedia que nos mueve a atender nuestro bienestar emocional
Una desgarradora tragedia ocurrida en Uvalde, Texas, conmueve las fibras más íntimas de nuestro ser. Un total de 19 niños fueron asesinados a manos de un joven de 18 años que les disparó mientras los alumnos se encontraban en su plantel escolar de nivel elemental. También ultimó a dos maestras.
Hay opiniones diversas en cuanto a lo que pudo provocar esta tragedia. Aunque debemos esperar a que concluyan las investigaciones correspondientes, indudablemente, debemos promover espacios de diálogo y de acción sobre las necesidades de salud mental en nuestras comunidades. Para lograrlo, es importante que nos demos permiso a explorar sobre cómo pensamos y nos sentimos ante las diversas situaciones que nos pueden estar afectando. Si no tomamos esa iniciativa, difícilmente podremos reconocer si tenemos una necesidad emocional que deba ser atendida.
El dolor invade comunidad de Texas: identifican víctimas de tiroteo en una escuela elemental
Debemos ser proactivos, creando e identificando espacios de diálogo que sean seguros, para poder compartir con otros aquello que nos afecta. Estos espacios se pueden dar tanto en la comunidad como en escenarios de servicio profesional. Tenemos que ser proactivos también para identificar estrategias de autocuidado (emocionales, psicológicas y sociales). Finalmente, debemos mostrar empatía por nosotros y por los que nos rodean. El trauma se experimenta y se vive de manera individual y nuestra reacción va a depender, en gran medida, de nuestra fortaleza y bienestar emocional.
Como padres, por otro lado, debemos estar atentos a algunas señales de alerta en el comportamiento de los menores. Algunas incluyen que nuestros hijos comiencen a hablar sobre violencia, presenten cambios en sus estados de ánimo o se muestren agresivos. Si sospechamos que están consumiendo alcohol y/o drogas puede representar otra señal de alerta. Igualmente, si practican conductas de riesgo, muestran sentimientos de desesperanza, inutilidad y/o conductas de aislamiento o si no asumen responsabilidad hacia sus acciones.
Nuestros jóvenes están enfrentando grandes retos que se han agravado durante la pandemia del COVID-19. A muchos se les hace difícil hablar sobre sus emociones, miedos y preocupaciones. Si reconocemos la salud mental como una prioridad y aprendemos a identificar los cambios de conducta, estados de ánimo y patrones de pensamiento, podremos ayudar y acercar a nuestros jóvenes a personas que puedan ayudarlos a atender su situación de manera oportuna y eficaz. ¡Está en nuestras manos!
LEE MÁS:
Tiroteos, niños muertos y la falta de sentido común en el gobierno de EEUU, por David Cordero
Almas contra armas: las muertes de inocentes, por Juan Antonio Candelaria
Violencia masiva: la necesidad de prevención va más allá del entorno escolar, por Lilliam Pabón
Otras columnas de Ada I. Kercadó Robles
sábado, 18 de marzo de 2023
Alerta ante el abismo: una mirada reflexiva hacia la salud mental
Promover una mayor atención al bienestar emocional ante los desafíos que enfrentamos hacia el cuidado de la salud es una acción imperativa, escribe Ada I. Kercadó Robles
martes, 14 de junio de 2022
La postvención para promover la sanación después de un suicidio
Conectar al sobreviviente con recursos de apoyo ayuda a disminuir los riesgos de daño autoinfligido por sentimientos de culpa en el sobreviviente y nos permite salvar vidas, plantea Ada I. Kercadó Robles
martes, 23 de febrero de 2021
El reinicio de clases presenciales: un asunto de confianza
Podemos regresar a clases presenciales, pero el reto está en el nivel de confianza que podamos transmitir y el compromiso de todos para que se alcance esta meta, escribe Ada I. Kercadó Robles
jueves, 13 de agosto de 2020
Motivación en la transición escolar a distancia
Para los padres y madres que trabajamos, es momento de evaluar cómo ajustar la rutina de clases con nuestras responsabilidades de trabajo. La prioridad debe ser cómo establecemos estrategias que nos ayuden a crear el mejor ambiente escolar posible, escribe Ada Kercadó Robles