¿De verdad alguien piensa que los dueños de autos lujosos en la isla están temblando por una patética reventa navideña que celebraron en la sede de Hacienda?, pregunta Cezanne Cardona Morales
¿De verdad alguien piensa que los dueños de autos lujosos en la isla están temblando por una patética reventa navideña que celebraron en la sede de Hacienda?, pregunta Cezanne Cardona Morales
Poco faltó para que la subasta pública de vehículos embargados, celebrada en el Departamento de Hacienda, se convirtiera en un especial de Navidad. Llegué a pensar, incluso, que el secretario de Hacienda -luego de explicarle a la ciudadanía qué es un “embargo preventivo”- nos diría que la Mercedes Benz les había donado el árbol de Navidad del vestíbulo principal del edificio, o que detrás de la guagua Lamborghini Urus (por la cual pedían $308,000 en especial) saldría un grupo de pleneros para amenizar el espectáculo. Las guirnaldas que subían por el pasamanos de la escalera confundían a cualquiera: ¿era aquello una reprimenda pública contra el deudor Chris Agront o una fiesta de promoción automotriz? Confieso que hasta esperé que el secretario dijera que el nombre -Urus- del modelo S.U.V. de la Lamborghini se debía a un toro salvaje ya extinto que mencionó de pasada Julio César en su libro La guerra de las Galias. Pero lo más extraño fue que, a pesar del gusto gubernamental por el mercadeo zombi del reguetón, ningún funcionario de Hacienda citó esa canción de Bad Bunny que promociona una de las guaguas subastadas: “En la Uru comiéndono’ el pare / te voy a dar duro pa’ que no me compare”.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: