Hay una historia metafórica que cuenta que una vez un sabio maestro fue desafiado por un alumno, quien pensó en hacerle una pregunta que el maestro no pudiera contestar. El alumno planificó que tomaría una paloma en sus manos y la escondería detrás de su espalda, para entonces hacerle las siguientes dos preguntas al maestro: primero, qué tenía en sus manos. Si adivinaba entonces le preguntaría si la paloma estaba viva o muerta. Si el sabio le contesta que está viva la apretará hasta que muera, si dice que está muerta entonces la dejará vivir. Así fue como al día siguiente el alumno le preguntó al maestro: maestro, ¿qué tengo entre mis manos? El maestro le contestó: “una paloma”. Maestro, ¿está viva o muerta? Y serenamente el sabio le contestó: “la respuesta, en tus manos está”. Esta historia ejemplifica que el destino es forjado por nuestras propias acciones, que el porvenir y lo que decidamos hacer con él, en nuestras manos está.