La mortalidad del COVID-19 y la necesidad de tener camas de hospitales ocupadas por pacientes severamente enfermos ha causado una dislocación de esfuerzos, escribe Manuel Martínez Maldonado
La mortalidad del COVID-19 y la necesidad de tener camas de hospitales ocupadas por pacientes severamente enfermos ha causado una dislocación de esfuerzos, escribe Manuel Martínez Maldonado
Entre las barbaridades cometidas por la administración de los Estados Unidos de 2016 a 2020 una tenía el incontrolable deseo de suprimir la ciencia y sus hallazgos. En diciembre 21 del pasado año el Congreso —ambas cámaras— se dieron prisa para pasar una medida de gastos masivos que incluía dinero para las ciencias. En vez de los cortes draconianos propuestos por el presidente derrotado, las agencias más importantes de investigación recibieron modestos pero bienvenidos aumentos. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH), la Fundación Nacional de Ciencias (NSF) y NASA recibieron, en promedio, un aumento de aproximadamente 2.7% a sus presupuestos. En enero, negando aún su derrota, el expresidente amenazó con no firmar el proyecto de ley. Por suerte, eso no sucederá.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: