
Se adhiere a los criterios de The Trust Project
Ese primer día de clases mi hijo agarraba mi mano intensamente. Al abrir la puerta del preescolar le esperaban decenas de otros niños espantados, con la misma ansiedad incierta ante este ambiente desconocido. Pero apoyándose en hermandad unos a los otros, como para evitar que sus ojos aguados desembocaran en llanto sin control. Dylan Westerband era uno de ellos.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: