Puerto Rico aporta a la ciencia sísmica mundial
Experimentar un terremoto de categoría 6.4 en la escala de Richter en una casa muy cerca del litoral es una experiencia aterradora. Un 6.4 en Guaynabo no es un 6.4 en La Parguera. Ese número no describe la sensación, el daño estructural y menos el emocional, pues ese 6.4 en el litoral se intensifica por los sedimentos que amplifican las ondas sísmicas, las que sacuden el suelo. Precisamente son estas comunidades costeras las de mayor riesgo. Es una amenaza que viene por tierra, pero además por mar. Por tierra la sacudida, pero por mar la posibilidad de la ola de puerto o tsunami.
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