Excluir a los empleados de la Comisión Estatal de Elecciones —que no hayan cumplido 65 años— de la vacunación es una medida de justicia para la población anciana que no ha podido vacunarse, escribe Hiram Sánchez
Excluir a los empleados de la Comisión Estatal de Elecciones —que no hayan cumplido 65 años— de la vacunación es una medida de justicia para la población anciana que no ha podido vacunarse, escribe Hiram Sánchez
Ayer le decía a mi hija que muchos de su generación, gente joven como ella, no planificaban sus vidas para cuando fueran viejos —porque van a llegar a viejos, le dije, salvo dos o tres que morirán antes—, a diferencia de ella que sí está tomando las prevenciones razonables. Es como si, a una parte de esa generación —porque no son todos—, no les importara prepararse para cuando sus fuerzas físicas decaigan y ya no sea posible seguir trabajando (y sus padres, ya fallecidos o por fallecer, no estén para tenderles la red que siempre les han tendido y evitar así el impacto mortal de la caída). Porque lo de ponerse viejo nos cambia de algún modo la vida y nos expone a ciertos riesgos particulares con los que tenemos que lidiar solos; a veces demasiado solos.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: