Este asunto del género y del lenguaje sexista no encuentra su final. No podemos negar que existe el lenguaje sexista, y que la lengua puede emplearse para discriminar como en este ejemplo de Bosque: “Los directivos acudirán a la cena con sus mujeres”. Directivos posee género masculino, pero incluye a las mujeres. No obstante, esa oración sugiere que TODOS son hombres porque “poseen” mujeres. Feo, feo. Hasta aquí, todos (¿y todas?) claros (¿y claras?). Ahora bien, ¿Los trabajadores le resulta sexista? Trabajadores alude a hombres y mujeres, ¿o no? No confunda género gramatical (que puede ser femenino, masculino, neutro, epiceno), con el uso sexista de la lengua. Rechazar todas las expresiones del masculino que incluyen ambos géneros es una locura. ¿O es que para no ser sexistas hay que decir los puertorriqueños y las puertorriqueñas? Por favor. Solo en algunos casos es necesario el desdoblamiento, como en “No tiene hermanos ni hermanas”, para estar bien claros. En fin, que no es cuestión de sexo, es un asunto de género gramatical. Se lo pruebo: para no ser sexistas, ¿cómo resolvemos la oración Juan y María están contentos? ¿Contentos y contentas?, o ¿cansados y cansadas? ¿viven solos y solas? Mire, se trastoca hasta la concordancia. La lengua no es sexista. Algunos hablantes los son. Otros (¿y otras?) NO, como usted y yo (¿y ya?). Ja ja.
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