

Si uno suma los prefacios que Fernando Picó escribió para sus libros, pronto descubrirá que el alcalde de Utuado no solo envió al vertedero una colección de libros de historia, sino una de nuestras más honestas y conmovedoras autobiografías involuntarias. Libertad y servidumbre en el Puerto Rico del siglo XIX, por ejemplo, no es solo un clásico sobre las terribles condiciones de los jornaleros que permitieron el auge del café, sino un viaje en guagua pública de Arecibo a Utuado para entender los cuentos que le hacía su madre. Y así empieza el prefacio: una mañana de finales de los años setenta, Fernando Picó va camino a investigar en los archivos parroquiales mirando por la ventanilla las montañas que regatean el paso y las gasas de neblina ocultando la erosión, bajo la tutela de un chofer que se detiene a esperar incluso por los que se les ha pegado la sábana. Nada se parece a lo que va a encontrar en los archivos: solo quedan los apellidos, y eso le parece suficiente para regresar a casa. Pero ese regreso no empezó ahí -dice en otro prefacio- sino mucho antes y más lejos, en Nueva York, cuando aún era un medievalista feliz que recién comenzaba a enamorarse de su país.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: