Ni la Avenida Santa Juanita ni la alcaldía novelesca de Julio Verne han resuelto nuestra fascinación por la clausura. No hay que detenerse en las veinte mil leguas de semáforos de Bayamón para constatar que la publicidad del ‘Quédate en tu casa’ es más vieja que las cuarentenas de esta pandemia, dice Cezanne Cardona