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YO ABOLO (SEGUNDA PARTE)

La lingüista Aida Vergne habla de los verbos defectivos.

23 de marzo de 2015 - 1:00 AM

Las opiniones expresadas en este artículo son únicamente del autor y no reflejan las opiniones y creencias de El Nuevo Día o sus afiliados.

¿Por qué hay verbos defectivos? Según la Gramática “son defectivos por razones fonológicas, o más propiamente morfofonológicas (...)”. Lo anterior, en cristiano, significa que la culpa la tienen los fonemas (los sonidos mentales) y los morfemas (las palabras y los pedacitos de palabras con significado). Abolir se ha considerado tradicionalmente defectivo pero hoy en día es un verbo REGULAR. Y ¿quién decidió que de ahora en adelante X verbo irregular será regular y sanseacabó? USTED. La regularización de abolir está documentada en todo el mundo hispánico. No nos gusta lo irregular, y muchísimo menos un verbo que se conjugue a veces sí y a veces no. A nadie le gusta complicarse la existencia (excepto a los puristas). Abolir y agredir no son los únicos verbos defectivos; perdón, ya no lo son. Hay defectivos muy interesantes y por razones muy distintas. Entre ellos se destacan los que tienen que ver con la naturaleza, como llover. ¿Por qué son defectivos? Por razones semánticas, y a veces sintácticas (aunque yo no esté muy de acuerdo). Por ejemplo, yo no lluevo ni amanezco (aunque me amanezca de vez en cuando). Yo no ocurro, ni concierno, ni sucedo... Esos solo se usan en tercera persona; les llaman verbos terciopersonales. Pero la lengua no es una camisa de fuerza, y por eso, podemos hacer con ella lo que nos plazca. Puede que yo no amanezca, pero ¿cómo amaneció usted hoy?

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