

Los niños en edad preescolar (3-5 años) están en constante aprendizaje y atentos a lo que realizan los adultos para imitarlos. Durante esta etapa, es importante establecer hábitos saludables de alimentación que perduren a través de los años y les ayuden al crecimiento y desarrollo adecuados, con el fin de prevenir enfermedades nutricionales. El papel de los padres y cuidadores es vital, ya que son los responsables de la alimentación del niño y toman decisiones sobre los alimentos que les ofrecen a diario. Dentro de lo complejo que puede ser alimentar saludablemente a un preescolar debes tomar en cuenta que, durante esta etapa, disminuyen el apetito y el interés por los alimentos.
Si este es tu caso, no te desesperes. Para motivar nuevamente a tu niño, toma en consideración las siguientes recomendaciones.
Entonces, ¿qué debemos hacer para aprovechar esos momentos en que los niños tienen apetito y quieren comer? Los niños pueden comer de todo tipo de alimentos, sin olvidar que sus porciones no se comparan con las de un adulto. En ocasiones, a los niños les toma tiempo aceptar alimentos nuevos. Continúa ofreciéndolos en porciones pequeñas más veces, ya que puede tomarte muchos intentos antes de que el niño acepte el alimento nuevo.
Como parte del desarrollo de hábitos saludables, es fundamental que se eviten los alimentos altos en azúcar como: cereales de desayuno azucarados, galletas, bizcochos, dulces, mantecado, refrescos, jugos, y los productos procesados y empacados, ya que contienen grasa, sodio, colorantes y preservativos en grandes cantidades. Estos productos no le hacen bien a tu niño, son una bomba de tiempo, si se consumen con frecuencia, lo que provocaría obesidad, colesterol alto, diabetes, caries, problemas visuales, déficit cognitivo y problemas en el aprendizaje y desarrollo del cerebro, entre otros. Al consumir estos productos, se pone en riesgo la salud de tu niño a corto y largo plazo.
Como parte de establecer hábitos saludables, es recomendable que los niños tengan tiempo de actividad física diariamente. Elige actividades en familia como, por ejemplo, jugar en el parque, correr, brincar, correr bicicleta, nadar o practicar algún deporte. Hacer ejercicios es beneficioso para adultos y niños.
Puedes utilizar este plan como guía, recordando que el apetito de los niños varía, por lo cual no te debes preocupar si tu niño no come las cantidades esperadas diariamente.
La autora es nutricionista y miembro del CNDPR.
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