

De acuerdo con la Asociación Americana de Diabetes, aproximadamente 34.2 millones de americanos padecen de diabetes y, de esos, aproximadamente 193,000 son jóvenes menores de 20 años. Esta condición aumenta el riesgo de sufrir ataques cardíacos o derrame cerebral y, además, puede provocar daños en los riñones, los ojos y los nervios.
La insulina es una hormona que produce el páncreas y funciona como una facilitadora para que la glucosa (azúcar) de la sangre llegue a las células. Una vez que el azúcar está dentro de las células, se utiliza para brindarle energía al cuerpo.
La diabetes es una enfermedad crónica en la que los niveles de glucosa en la sangre están elevados. Muchos de los alimentos que consumimos se convierten en glucosa, la cual se libera en el torrente sanguíneo. Si una persona tiene diabetes, su cuerpo no produce insulina o no puede utilizarla adecuadamente, por lo que el azúcar proveniente de los alimentos se acumula en la sangre, elevándose. Todavía no existe una cura para la diabetes, pero se puede reducir el impacto de la condición, realizando cambios al estilo de vida y tomando medicamentos o utilizando la insulina, según sea necesario.
Diabetes tipo 1: Es diagnosticada cuando el cuerpo no produce insulina o produce muy poca. Generalmente, se presenta en niños y adolescentes, aunque también se puede presentar en adultos.
Diabetes tipo 2: El cuerpo produce insulina, pero no es suficiente. Este es el tipo de diabetes más común.
Diabetes gestacional: Es un nivel de azúcar alto en sangre durante el embarazo.
Para realizar el monitoreo de glucosa se utiliza un glucómetro, el cual mide la cantidad de glucosa en una gota de sangre.
Meta de los niveles de glucosa para una persona con diabetes:
Lo más importante para una persona con diabetes, es tomarse los medicamentos o inyectarse la insulina, realizar actividad física, mantener una buena alimentación y tener un peso saludable.
Otro de los factores importantes para manejar los niveles de azúcar es realizar actividad física.
Niños y adolescentes: Se recomienda realizar 60 minutos al día o más de actividad de intensidad moderada o vigorosa (bailar, nadar, correr bicicleta), con actividades vigorosas de fortalecimiento muscular y de los huesos, al menos tres días a la semana.
Adultos: Se recomienda realizar al menos 150 minutos por semana de actividad física de intensidad moderada (realizar tareas domésticas, caminar rápido). Puedes tratar de realizar al menos 20 a 25 minutos de actividad todos los días.
Para información o recomendaciones específicas para ti y tus condiciones de salud, visita a tu médico y al nutricionista dietista.
La autora es nutricionista dietista, miembro del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Puerto Rico.
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