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Consejos para cuidar el corazón

Conoce cómo se evalúan, previenen y tratan las enfermedades cardiovasculares

16 de octubre de 2025 - 12:00 AM

El cardiólogo Manuel Guzmán explicó que las enfermedades cardiovasculares afectan al corazón y a los vasos sanguíneos, y pueden cambiar la vida de los pacientes en cuestión de segundos. (Shutterstock)

Las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte en Puerto Rico. Eso hace que conocer más sobre este tema sea necesario, pues no solamente es importante saber cómo prevenirlas, sino también cómo tratarlas en caso de que ya estén presentes en tu vida o en la de algún familiar.

El cardiólogo Manuel Guzmán explicó que las enfermedades cardiovasculares afectan al corazón y a los vasos sanguíneos, y pueden cambiar la vida de los pacientes en cuestión de segundos.

La salud cardiovascular depende tanto de la atención médica como de los hábitos diarios. Reconocer los síntomas, vigilar los factores de riesgo y someterse a las pruebas adecuadas puede salvar vidas, enfatizó el cardiólogo.

Para presentar un panorama más claro y detallado de las enfermedades cardiovasculares, el doctor Guzmán respondió cinco importantes preguntas.

¿Cómo se evalúa al paciente?

Lo primero que se hace es un examen físico y una evaluación del historial médico del paciente. Esa conversación inicial entre médico y paciente incluye preguntas sobre síntomas como dolor de pecho, fatiga, palpitaciones, hinchazón de las piernas o pérdida de conocimiento. También se habla sobre qué medicamentos está tomando y el historial familiar de enfermedad cardiovascular prematura.

Luego, el examen físico permite detectar señales clave: el pulso, la presión arterial, la respiración, la presencia de soplos, un ritmo irregular o hinchazón que sugiere problemas circulatorios.

“También, evaluamos si el paciente tiene evidencia de enfermedad arterial periférica, como pulsos disminuidos o sonidos característicos de arterias obstruidas en el cuello o el abdomen”, añadió Guzmán.

¿Qué factores de riesgo hay que vigilar?

Existen factores de riesgo que no se pueden controlar y los que sí. Entre aquellos que no pueden modificarse se encuentran la edad, el sexo y la genética.

“Los hombres tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades y mortalidad cardiovascular más temprano que las mujeres. Además, si un familiar cercano ha sufrido un infarto antes de los 55 años (en hombres) o de los 65 (en mujeres), el riesgo se multiplica”, destacó Guzmán.

No obstante, hay otros factores que sí pueden controlarse. Estos son la obesidad y el sobrepeso, teniendo como meta que el índice de masa corporal sea menos de 25; la hipertensión, que se da cuando los valores de la presión arterial son mayores de 130/80; y los niveles de colesterol altos, pues lo saludable es que el colesterol LDL sea menor de 130 y el HDL debe ser mayor de 40 en hombres y de 50 en mujeres.

Guzmán mencionó otros factores como el sedentarismo y una dieta pobre en nutrientes. “Se recomienda actividad aeróbica moderada, por lo menos 150 minutos a la semana y dos días de fortalecimiento muscular. Hay que consumir más frutas, vegetales, proteínas magras y granos integrales”, apuntó Guzmán, quien dijo que no se recomienda un consumo mayor de de 2,300 mg de sodio al día, “y cuidado con los condimentos y productos procesados”.

A estos factores se unen el tabaquismo y el vapeo, además del estrés que eleva la presión, el pulso y puede llevar a arritmias y a inflamación vascular.

¿Cuáles son los síntomas más comunes?

“El más común es dolor de pecho, opresivo en el centro, que se puede irradiar a los brazos, la espalda, la quijada o el cuello. Usualmente aparece con el esfuerzo, pero también puede ocurrir en reposo”, advirtió.

Entre los síntomas más frecuentes, el doctor Guzmán también mencionó la falta de aire, sobre todo al esfuerzo, palpitaciones, episodios de mareo o pérdida de conocimiento e hinchazón en las extremidades, especialmente en las piernas.

Cuando el problema es cerebrovascular, los signos son diferentes, pero igualmente urgentes, y el cardiólogo indicó que entre ellos pueden encontrarse la pérdida de fuerza en un brazo o pierna, no poder hablar, pérdida de visión, convulsiones o lengua pesada. Si son síntomas agudos, hay que buscar ayuda inmediatamente.

El especialista enfatizó que estas enfermedades no son exclusivas de la tercera edad, pues “ya desde los 20 años se puede ver cómo empieza a acumularse colesterol en las arterias y, a partir de los 50, vemos más infartos y derrames cerebrales”.

¿Cuáles son las pruebas iniciales?

Una vez evaluados los síntomas y factores de riesgo, comienzan las pruebas diagnósticas, entre las que el doctor Guzmán mencionó las siguientes:

• Laboratorios básicos: glucosa, HbA1c, colesterol total, LDL, HDL, triglicéridos, función renal

• Radiografía de pecho: evalúa pulmones, aorta y tamaño cardíaco.

• Ecocardiograma: “El paciente siempre debe conocer su fracción de eyección, porque le ayuda en cualquier evaluación futura”. La fracción de eyección, explica la Clínica Mayo, es una medida del porcentaje de sangre que sale del corazón cada vez que se comprime.

• Prueba de esfuerzo (Stress Test): mide la capacidad funcional y respuesta al ejercicio.

• Tomografía coronaria (Calcium Score): estima el riesgo según la calcificación arterial.

• Resonancia magnética cardíaca (MRI): detecta cardiomiopatías y enfermedades infiltrativas.

¿Qué tratamientos existen?

“El tratamiento inicial para todo es control de factores de riesgo y medicamentos. Lo ideal es evitar llegar a estas intervenciones con prevención y control de factores de riesgo”, aconsejó el cardiólogo.

Entre las opciones de tratamiento se encuentran los antihipertensivos, como los betabloqueadores, bloqueadores de calcio y diuréticos, entre otros. Además están otros medicamentos como los antiplaquetarios (como aspirina), antiarrítmicos y controladores de lípidos y glucosa. El monitoreo de arritmias se realiza mediante dispositivos como el Holter.

El médico también mencionó el cateterismo cardíaco, que permite ver las obstrucciones y destaparlas con angioplastia y stents; la cirugía de bypass coronario, indicada en las obstrucciones graves; los tratamientos de válvulas, que son reparaciones o reemplazos, por catéter o cirugía; y los marcapasos y desfibriladores.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de Suplementos de GFR Media.

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