MCS te invita a consultar con tu médico primario, si estás presentando problemas de escapes de cualquier grado
La pérdida del control de la vejiga y, consecuentemente, el escape de orina puede ocurrirle a cualquier persona, sin importar su edad, aunque suele ser más frecuente en los adultos mayores. Sin embargo, es habitual que muchas personas teman hablar con su médico acerca de este problema, que es más común de lo que creen y que tiene tratamiento.
La incontinencia puede ser producto de diversas condiciones y prácticas diarias, pues, aunque ocurre mayormente a medida que las personas envejecen, no es por lo que todo paciente diabético, con problemas de próstata, fumadores, y personas que consumen cafeína y algunos medicamentos están más propensos a padecerla
Estos escapes de orina pueden ocurrir en la rutina diaria de la persona, cuando ríe, estornuda, tose o mientras duerme. Del mismo modo, pueden ocurrir de manera ocasional con pérdidas menores o llegar a ser constantes y tan fuerte que no puede llegar al baño a tiempo.
Incontinencia por esfuerzo: es cuando hay un goteo por presión en la vejiga al hacer algún tipo de actividad. Un ejemplo puede ser cuando la persona hace ejercicio, carga objetos pesados o, incluso, cuando realiza acciones tan simples como toser, estornudar o reírse. Cabe destacar que este tipo de incontinencia suele ser más común en las mujeres.
Incontinencia por urgencia: es cuando la persona siente una necesidad repentina de orinar y no la puede controlar. A las personas que padecen de este tipo de incontinencia no les da tiempo de llegar hasta un baño, pues la vejiga se contrae y la orina se escapa, sin que la persona tenga la capacidad de contenerla.
Incontinencia por rebosamiento: sucede cuando la vejiga no logra vaciarse completamente, ocasionando goteos de orina en pequeñas cantidades. Este tipo de incontinencia es más común en los hombres y puede ser causada por la diabetes y ciertos medicamentos.
Incontinencia funcional: ocurre aunque el paciente tenga un control normal de la vejiga y no presente problemas para retener la orina, pero tiene alguna discapacidad física o mental que le impide llegar al baño a tiempo. Por ejemplo, con condiciones que le impiden moverse rápidamente para llegar al baño o una persona con artritis grave que no puede desabotonarse el pantalón lo suficientemente rápido.
Incontinencia mixta: cuando el paciente experimenta más de un tipo de incontinencia urinaria.
Ante todos estos escenarios, es esencial que las personas que enfrentan esta dificultad ﹘que afecta su diario vivir e incluso su autoestima y su vida social﹘, procuren hablar con su médico, sin importar la severidad, ya que este puede identificar qué tipo de incontinencia urinaria está padeciendo y así recomendarle el tratamiento adecuado.
Existen diferentes alternativas de tratamientos para poder controlar la incontinencia urinaria, desde cambios de conductas y estilo de vida, ejercicios para adiestrar la vejiga, medicamentos, hasta cirugía.
Lo primordial es dialogar sin temor con tu médico primario sobre el problema de la incontinencia urinaria en tu próxima cita, para que así puedas comenzar un plan de tratamiento que te ayude a disfrutar de una mejor calidad de vida y de una Salud Completa.
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