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La vacuna neumocócica: protección vital para adultos desde los 50 años

Protegerse a tiempo puede evitar complicaciones de salud a causa de contraer la enfermedad

2 de octubre de 2025 - 12:00 AM

Las nuevas guías de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades ahora incluyen a todas las personas de 50 años o más en las recomendaciones para recibir la vacuna neumocócica. (Shutterstock)

La neumonía neumocócica es una de esas enfermedades que parecen lejanas hasta que tocan de cerca. Causada por la bacteria Streptococcus pneumoniae, puede provocar una inflamación grave en los pulmones y también infecciones en otras partes del cuerpo, como los senos paranasales, el oído medio, la sangre o las meninges.

“Es una bacteria que puede causar sinusitis, otitis, meningitis o infecciones sanguíneas, además de la neumonía neumocócica”, explicó el farmacéutico Ricardo García.

Los síntomas suelen comenzar con fiebre, tos con flema, dolor de pecho, escalofríos y dificultad para respirar. En los casos más severos, los pulmones se llenan de líquido o pus, comprometiendo el intercambio de oxígeno.

“No es para crear pánico, pero hay riesgo real de mortalidad. Y si el paciente necesita hospitalización, los costos pueden ser altísimos, incluso cuando se tiene plan médico”, advirtió García. El riesgo aumenta si la persona padece enfermedades crónicas como diabetes, asma o cardiovasculares, o si su sistema inmunológico está debilitado.

La bacteria se transmite con facilidad a través de la saliva, la tos, los estornudos o el contacto cercano con personas infectadas. Las medidas preventivas incluyen lavarse las manos con frecuencia, usar mascarilla cuando sea necesario y evitar el contacto con personas enfermas. Pero, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la herramienta más efectiva es la vacunación.

“En la medida en que estás vacunado, reduces la probabilidad de enfermarte y, por ende, de contagiar a otros”, subrayó el farmacéutico.

Existen varias formulaciones de la vacuna neumocócica, entre ellas la PCV15, la PCV20 y la PPSV23. Cada una protege contra diferentes cepas de la bacteria y puede administrarse según el historial de vacunación y las afecciones de salud del paciente. La selección depende de la edad, las enfermedades crónicas y las vacunas previas. Por eso es importante que el farmacéutico o el médico evalúen el historial del paciente y determinen cuál le corresponde, explicó García.

Tradicionalmente, las recomendaciones priorizaban a los menores de cinco años, los adultos mayores de 65 y las personas inmunocomprometidas. Sin embargo, las guías más recientes de los CDC ahora incluyen a todas las personas de 50 años o más.

“Esta población se beneficia mucho de esta prevención porque estarán protegidos en la adultez tardía”, enfatizó el farmacéutico.

La pauta de vacunación depende del tipo de vacuna y de la edad. Según los CDC, los adultos que nunca han recibido una vacuna neumocócica pueden necesitar una sola dosis de la PCV20, o una dosis de PCV15 seguida de la PPSV23 después de un intervalo recomendado. El profesional de salud debe orientar sobre cuál esquema es el adecuado. En cuanto a los efectos secundarios, estos suelen ser leves y temporeros. Pueden incluir enrojecimiento o inflamación en el brazo, fiebre baja, cansancio o malestar general.

“Lo que sentimos son reacciones normales de un sistema inmunológico que está aprendiendo a defenderse”, aclaró García. “Las vacunas contienen fragmentos inactivos de la bacteria, de modo que el cuerpo crea memoria y pueda combatir la enfermedad si se presenta”.

La vacuna está ampliamente disponible en Puerto Rico. Se ofrece en hospitales, centros de salud, clínicas privadas y, cada vez más, en farmacias de la comunidad.

Las farmacias son una excelente alternativa porque no requieren cita y el proceso es rápido. Plataformas en línea como VaxAssist.com/es facilitan la búsqueda de lugares de vacunación y permiten hacer citas. En cuanto al costo, la mayoría de los planes médicos, incluidos Medicare y los programas gubernamentales, cubren al menos una de las formulaciones. Es importante verificar con el plan cuál vacuna específica está incluida, pero en la mayoría de los casos hay cobertura.

Los mitos sobre las vacunas, aunque menos frecuentes que antes, siguen siendo un obstáculo para que más personas procuren esta medida de prevencion.

“Algunas personas repiten ideas de que las vacunas causan otras enfermedades o problemas de salud. Pero si miramos la historia, vemos cómo enfermedades como el polio o el sarampión solo se controlaron gracias a las vacunas”, recordó García, al indicar que la evidencia respalda el hecho de que la vacunación reduce significativamente las hospitalizaciones y las muertes relacionadas con la neumonía neumocócica, además de los costos económicos asociados.

El impacto de la vacunación no es solo individual, sino colectivo. Al aumentar la cantidad de personas inmunizadas, se reduce la circulación de la bacteria en la comunidad, protegiendo también a quienes no pueden vacunarse por razones médicas.

“Si comparamos pacientes vacunados versus no vacunados, los beneficios son claros: menos hospitalizaciones, menos complicaciones y menos gasto en salud”, destacó García.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de Suplementos de GFR Media.

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