

El hierro es un elemento esencial para el funcionamiento de los órganos vitales del cuerpo. Su presencia marca un paso neurálgico en el proceso de transportación de oxígeno a los órganos y los tejidos del cuerpo a través de los glóbulos rojos en forma de hemoglobina.
Su déficit puede manifestarse en afecciones como anemia. Es de rigor el monitoreo del nivel de hierro en la sangre, cuando el paciente presenta síntomas como fatiga, palidez, dificultad en la respiración, pérdida de cabello, entre otros.
Una de las maneras de medir los niveles de hierro en la sangre es a través de una lectura de ferritina, una proteína que se encarga del almacenamiento de hierro en el cuerpo. A estos efectos, la internista, doctora Adelaida Ortiz Gómez, advirtió que las fluctuaciones en la ferritina pueden derivarse de otros síntomas no relacionados con una elevación del hierro en la sangre, pues “como toda proteína, se va a afectar por otras enfermedades”, acertó.
Para determinar una causa, se debe hacer un panel comprensivo que incluye laboratorios, hemogramas y un análisis del historial médico del paciente, así como un estudio de su pasado de enfermedades crónicas como diabetes, artritis reumatoide, enfermedades cardiovasculares, entre otras.
Asimismo, cuando el contaje de hemoglobina cae por debajo de 14 entre los hombres y 12 entre mujeres, puede ser indicativo de anemia, por tratarse de una deficiencia de los glóbulos rojos en cargar oxígeno al cuerpo. A menudo, este escenario puede surgir por una insuficiencia en los niveles de hierro en el cuerpo o de vitamina B12, lo que sí es que “la anemia más común es la deficiencia de hierro, pero toca hacerse las pruebas de laboratorio para confirmar si es anemia, si se trata de un problema hereditario o de alguna deficiencia que se pueda manejar con suplementos u otro tratamiento”, aseveró Ortiz Gómez, quien es la directora médica del Centro Comprensivo de Cáncer de la Universidad de Puerto Rico.
Entre las mujeres de edad reproductiva, la anemia está frecuentemente asociada con la pérdida de sangre durante el periodo menstrual. Para determinar su origen, se debe concluir que no se trate de alguna otra enfermedad que inhiba la absorción de hierro como alguna afección crónica. Por esta razón, “el estudio del hierro en la sangre no es un análisis de rutina que se hace en toda la población, este va a depender del cuadro clínico del paciente y de sus factores de riesgo, especialmente entre personas jóvenes, a quienes solo las ordena si hay una sospecha de que hay algo mal”, sostuvo la también profesora en la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ciencias Médicas.
Lo más importante es velar por los síntomas que indiquen que un análisis de hierro es necesario. Para Ortiz Gómez, entre estos figuran la fatiga y el cansancio constante. Si la hemoglobina no está funcionando normalmente, priva de oxígeno a los músculos, al cerebro y a los intestinos, entre otros órganos y tejidos vitales.
Por otro lado, en el caso de los pacientes con diabetes tipo 2, estos podrán detectar un aumento en los niveles de ferritina por tratarse de una enfermedad inflamatoria donde el hierro y la insulina crecen conjuntamente.
Sobre este particular, la internista indicó que la insulina sirve para determinar el tipo de diabetes de un paciente particular, así como la lectura de la hemoglobina glucosilada cuyos resultados son cruciales para un diagnóstico definitivo, pues “si el paciente tiene la hemoglobina glucosilada entre 5.6 a 6.4, esto es prediabetes y un índice mayor de 6.5 ya se considera diabetes”, señaló.
Por último, recomendó a toda persona mayor de 45 años, a evaluar su control glicémico una vez al año. Esto incluye un cernimiento de diabetes, lo que ayudará a prevenir complicaciones futuras que puedan acarrear un descontrol en el azúcar incluyendo infartos, ceguera, disfunción eréctil, fallo renal, entre otros.
Según recalcó, la sofisticación en la medicina dedicada al control diabético ha avanzado a tal ritmo que “no hay razones para que un paciente no tenga su diabetes controlada”, puntualizó.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
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