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Manejo de ansiedad con benzodiacepinas

Habla con tu médico y conoce sus beneficios y riesgos, antes de comenzar el tratamiento

16 de marzo de 2023 - 4:13 PM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 1 año.
Las benzodiacepinas son útiles, si son usadas adecuadamente. (Shutterstock)

Casi el 14 % de las muertes por sobredosis de opioides ocurridas en Estados Unidos en 2021 también involucraron benzodiacepinas, un medicamento recetado comúnmente para la ansiedad, de acuerdo con datos de los Institutos Nacionales de Salud. Por eso, los pacientes deben ser informados de los beneficios y riesgos de estos fármacos antes de comenzar el tratamiento.

“Estos medicamentos (las benzodiacepinas) son útiles, si son usados adecuadamente. Cuando se recetan incorrectamente, se convierten en una droga como cualquier otra”, advirtió Raúl López, psiquiatra con más de 20 años de experiencia.

Las benzodiacepinas -disponibles bajo marcas como Xanax, Klonopin, Valium y Ativan, entre otras- se utilizan para calmar a una persona al elevar el nivel del neurotransmisor inhibitorio GABA en el cerebro. “Surgen en los años 1960 como remedio para la ansiedad. Se habían descubierto antes, pero se usaban como anticonvulsivo y anestésico”, relató el doctor López, uno de los colaboradores de MCS.

El galeno, quien combina su práctica privada en Hato Rey con visitas a pacientes geriátricos en hogares de cuido, explicó que la ansiedad es “un mecanismo neurológico que tiene el cuerpo para alejarse de cualquier cosa que lo puede perjudicar”. Por lo tanto, es normal experimentar ansiedad ocasional porque es la respuesta del organismo a una situación de posible peligro.

Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad suelen tener preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes por las situaciones cotidianas.

“Las benzodiacepinas producen un efecto transitorio de alivio, pero no curan la causa de la ansiedad”, advirtió el médico. Las causas de la ansiedad pueden variar, desde situaciones de salud hasta conflictos personales y eventos traumáticos.

“Son un medicamento esencial en el tratamiento de enfermedades mentales, pero sus usos beneficiosos pueden ser fácilmente cancelados por los efectos secundarios”, aseguró. Aunque no son opioides, las benzodiacepinas pueden hacer que el paciente desarrolle primero tolerancia y que luego genere una dependencia que puede terminar en adicción o en sobredosis, sobre todo si se combinan con alcohol, opioides u otros depresores del sistema nervioso central.

De hecho, según Cleveland Clinic, debido a que las benzodiacepinas tienen un mayor riesgo de crear hábito, los médicos pueden recetarlas solo para usar según sea necesario, no diariamente, y pueden recetar dosis más bajas o elegir unas que no sean tan fuertes.

A modo de ejemplo, dijo que “si el paciente va a tener que usarla para su trastorno de pánico, le receto diez pastillas al mes, con instrucciones claras de que son para casos de emergencia, cuando la ansiedad es inaguantable”.

Además de las benzodiacepinas, hay otras herramientas para manejar la condición. “La ansiedad es un producto secundario de la interpretación del cerebro de su medio ambiente. Sí tiene cura y es estabilizar el balance entre los recursos internos del individuo y su medio ambiente. Ahí entran los cambios en el estilo vida”, dijo López. Mencionó algunos como llevar una dieta balanceada, hacer ejercicio, pasar tiempo en la naturaleza, practicar el yoga y el mindfulness o atención plena. La Clínica Mayo también recomienda la psicoterapia.

Otras opciones incluyen medicamentos que no tienen potencial de causar dependencia como los antidepresivos, la buspirona, los estabilizadores del estado de ánimo y los agonistas del receptor de serotonina. “Se trata de medicamentos que no actúan tan rápido, pero que son efectivos a largo plazo”, apuntó el psiquiatra.

Es importante conocer las alternativas que existen, sobre todo en momentos en que se ha registrado un alza en los casos de ansiedad. Según un informe científico publicado por la Organización Mundial de la Salud, en el primer año de la pandemia por COVID-19, la prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión aumentó un 25 %. “El ser humano es un animal gregario. Lo normal es compartir con otros; cuando lo aislamos, como sucedió durante la pandemia, se deteriora”, expuso el psiquiatra. “En todas partes del mundo la ansiedad se ha convertido en un problema y el uso de las benzodiacepinas se ha disparado”.

Un grupo que vio su salud mental impactada durante el confinamiento de la pandemia lo fue la población de adultos mayores, sobre todo los que viven solos o en hogares de cuido. “La soledad es una de las epidemias más grandes y perniciosas. Cuando la persona está sola con sus pensamientos, desarrolla mucha ansiedad”, expresó López. “Luego, los vemos que le insisten al médico para que les recete algo para la ansiedad y para poder dormir, pero su ansiedad se debe a que no tienen un plan de vida, no hicieron la transición adecuada de la vida de trabajo a la vida en retiro, y lo que necesitan es ayuda para encontrarle sentido a su vida”.

Si el adulto mayor identifica que lleva mucho tiempo usando benzodiacepinas, debe hablar con su médico sobre las ventajas y desventajas de este tratamiento, así como de alternativas disponibles. “Debe hacerse un plan global que incluya a todos los que cuidan a esa persona mayor para adaptar el régimen para que no sea dependiente de benzodiacepinas”, indicó. Si ya tienes adicción, debes buscar tratamiento especializado.

“Algunos necesitarán usar benzodiacepina toda su vida. Ahí es importante sopesar los riesgos y beneficios”, aseguró el experto.

El doctor Raúl López es psiquiatra y colaborador de MCS.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.

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