

Aquellos pacientes mayores de 60 años, que presentan conteos bajos de células de la sangre, pudieran estar enfrentando algún síndrome mielodisplásico o cáncer en la sangre y no saberlo.
Por esto, cada año, el 25 de octubre se celebra el Día Mundial de los Síndromes Mielodisplásicos, con el fin de concientizar a la población acerca de este grupo de enfermedades para lograr diagnosticarlas y tratarlas a tiempo.
La mielodisplasia es un tipo de cáncer en la sangre, donde ocurre un defecto en la maduración de las células madre que están dentro de la médula ósea.
”Para que esas células madre puedan funcionar bien, tienen que madurar e irse desarrollando hasta que, eventualmente, se convierten en células normales como glóbulos rojos, glóbulos blancos o plaquetas. Pero, ese defecto hace que empiecen a salir a la sangre células que son inmaduras, no funcionales y la cantidad de células normales disminuye”, explicó el doctor Alexis M. Cruz Chacón, hematólogo-oncólogo, subespecialista en trasplante de médula ósea y tratamiento de cáncer en la sangre, quien es director del Programa de Trasplante de Médula Ósea en Pacientes Adultos del Hospital Auxilio Mutuo.
El peligro de estos síndromes es que pueden dar “una percepción errónea al ser una enfermedad que presenta con conteos bajos de las células de la sangre, y muchas veces las personas lo confunden con anemia’'.
El doctor Cruz mencionó que el 75 % de los pacientes de síndromes mielodisplásicos tienen 60 años o más, porque es un grupo de enfermedades que vienen con la edad, aunque también hay otros factores de riesgo para personas más jóvenes.
”Con el tiempo, las células madre de la médula ósea van adquiriendo mutaciones o anormalidades genéticas que son las que causan que se transformen y se afecte su capacidad para madurar, por eso ocurre más con la edad. También se puede ver en pacientes jóvenes, acompañado de algún síndrome genético hereditario”, indicó el médico.
Además del factor hereditario, estos síndromes pueden verse en pacientes de cáncer que hayan recibido quimioterapia o radioterapia.
”Estos tratamientos pueden causar una transformación de las células madre y, eventualmente, pueden desarrollar algún síndrome mielodisplásico. También están los pacientes que tienen exposición a algún químico inorgánico o a radiación, ya sea por el trabajo o por un evento militar, se ha visto que están a riesgo de padecer estos padecimientos”, detalló el hematólogo-oncólogo.
Usualmente, estos pacientes pueden presentar infecciones recurrentes, cansancio, fatiga, taquicardia, mareos y sangrado, pero los síntomas van a depender de acuerdo con la célula que va disminuyendo.
“Es importante que un paciente mayor de 60 años, que en su CBC presente disminución en cualquiera de los conteos de la sangre, ya sea glóbulos blancos, hemoglobina o plaquetas, sea referido a un hematólogo-oncólogo para una evaluación completa, porque, de esa forma, vamos a asegurarnos de que la enfermedad se diagnostica a tiempo y podemos manejarla de la forma más adecuada posible”, sostuvo.
Uno de los mayores peligros es que los síndromes mielodisplásicos pueden progresar a una leucemia aguda. “Uno de cada tres pacientes puede progresar a leucemia aguda, o sea que el 30 % de los pacientes, eventualmente, van a progresar a una leucemia aguda y, entonces, es una enfermedad más crítica, que requiere un tratamiento más intenso y tiene un mayor riesgo de complicaciones”, advirtió el doctor Cruz.
Otro de los riesgos, es que los pacientes pueden llegar a necesitar transfusiones de sangre.
”Si las plaquetas y la hemoglobina bajan mucho, hay que transfundir al paciente”, mencionó el hematólogo-oncólogo. Afortunadamente, existen tratamientos para evitar que la enfermedad progrese a leucemia y evitar las transfusiones de sangre recurrentes.
“Con el tratamiento lo que buscamos es mantener estables los conteos y elevarlos hasta el punto que el paciente no tenga que recibir una transfusión y tratar de atrasar el proceso de que la enfermedad eventualmente progrese a una leucemia”, dijo.
Sin embargo, para curar la afección, es necesario un trasplante de médula ósea alogénico (de un donante), lo cual no es para todos los pacientes. “La mayoría de los pacientes tienen más de 60 años, y no todos tienen la condición de salud adecuada para tolerar las complicaciones y toxicidades de un trasplante alogénico. Pero, hay otros tratamientos que, aunque no son curativos, son efectivos porque nos ayudan a mejorar la calidad de vida del paciente. La meta es lograr que el paciente se transfunda menos, que no esté a riesgo de infecciones y evitar que la enfermedad se transforme en una leucemia”, explicó.
Para evitar las complicaciones, el doctor Cruz Chacón recomendó a los pacientes de más de 60 años, que si hay un cambio en algunos de los conteos de las células de la sangre (glóbulos blancos, glóbulos rojos o plaquetas), aunque sea leve, debe ser referido al hematólogo-oncólogo. “Debería ser evaluado para descartar otras cosas que podrían bajar los conteos. Pero, si todas estas causas más comunes son negativas, se va a tener que hacer una biopsia de médula ósea y eso va a permitir que el paciente se diagnostique a tiempo”, concluyó el especialista, quien forma parte de TCT Oncology.
Para más información y atención médica, puede comunicarse al 787-233-0676 o visitar detectaMDS.com.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
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