

En nuestra rutina diaria, a veces, sin darnos cuenta, consumimos más sal de la que nuestro cuerpo necesita. En Puerto Rico, esta realidad tiene un impacto directo en nuestra salud y en la de nuestros hijos. Durante esta Semana de Sensibilización sobre la Reducción de Sodio, queremos ayudarte a tomar decisiones informadas para cuidar el corazón de tu familia, comenzando por un cambio sencillo, pero poderoso: reducir el consumo de sal.
Este está presente en muchos productos que consumimos a diario: desde panes, cereales y sopas enlatadas hasta carnes frías, aderezos y productos procesados. Para muchas madres entre los 25 y 45 años —el corazón de nuestros hogares— es vital conocer este dato: el exceso de sodio es uno de los principales factores de riesgo para la hipertensión y esta, a su vez, es una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares, infartos y derrames cerebrales.
El cuerpo humano necesita una pequeña cantidad de sodio para funcionar adecuadamente. Este ayuda a mantener el equilibrio de los líquidos, a transmitir los impulsos nerviosos y a contraer los músculos. Sin embargo, su consumo excesivo —más de 2,300 miligramos al día, equivalente a una cucharadita de sal— puede ser perjudicial para la salud. La mayoría de los puertorriqueños consumimos más del doble de esa cantidad.
El exceso de sodio contribuye al aumento de la presión arterial. Con el tiempo, esta sobrecarga puede dañar los vasos sanguíneos y los órganos vitales. Pero lo más alarmante es que, muchas veces, no presenta síntomas hasta que ya se ha desarrollado una afección seria.
Según estudios recientes, el 70 % del sodio que consumimos proviene de alimentos procesados y preparados fuera del hogar. Las siguientes son algunas de las fuentes más comunes en la dieta diaria.
No basta con evitar usar el salero. Es necesario leer las etiquetas nutricionales, comparar productos y optar por versiones bajas en sodio, cuando sea posible.
Si bien existen diferentes tipos de sal, todas contienen sodio. La clave no está tanto en el tipo de sal, sino en la cantidad que usamos.
Reducir el sodio en nuestra alimentación es una decisión de amor y cuidado para quienes más queremos. Recuerda: “Menos sal, más vida”.
Reducir el consumo de sodio es clave para mantener una buena salud y prevenir enfermedades como la hipertensión. A continuación, algunos consejos prácticos para lograrlo sin sacrificar el sabor de tus comidas:
En MCS, queremos que tu salud siempre esté balanceada y vivas con Salud Completa. No olvides que contamos con el Club Te Paga, que te trae diferentes talleres y secciones de ejercicios para que te mantengas activa en todo momento. Visita www.mcsclubtepaga.com y mira el calendario y las localidades.
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