

Los signos vitales componen un grupo de indicadores médicos que ayudan a medir el estado de las funciones vitales del cuerpo y el estado general de salud de una persona. Estos se engloban en cuatro signos principales: la presión arterial, el pulso o frecuencia cardíaca, la temperatura corporal y el ritmo respiratorio.
Aunque estas mediciones se pueden obtener en una visita médica, existen múltiples dispositivos para monitorear los signos vitales desde el hogar y, para ciertos pacientes, esta práctica es una responsabilidad cotidiana para observar su bienestar.
Según la doctora Adelaida Ortiz Gómez, la presión arterial se puede registrar por vía de un esfigmomanómetro, comúnmente conocida como la máquina de presión, el cual medirá la presión sistólica o la fuerza del corazón al latir y la presión diastólica o la fuerza del corazón al descansar entre latidos.
Para la población general, la doctora resaltó que un resultado favorable deberá marcar un número menor de 120 para la presión sistólica y 80 para la presión diastólica, pero si la lectura es mayor, existen diferentes categorías que regirán el tratamiento y el tipo de intervención médica necesaria.
Específicamente, según recalcó, “si estos números marcan 121-129 sobre un número menor de 80, esto es indicativo de prehipertensión. Si el resultado del número es mayor de 130 sobre 80, esto ya se considera hipertensión de grado 1 y si es 140 o más sobre 90 o más, este es un caso de hipertensión grado 2 y el tratamiento reflejará estos resultados”, indicó la internista, quien es la directora médica del Centro Comprensivo de Cáncer de la Universidad de Puerto Rico.
A estos efectos, la confirmación de un perfil de hipertensión puede sobrevenir de las lecturas hechas en el hogar. Por lo que, crear el hábito de monitorear estos números desde la casa, puede arrojar mucha información al paciente sobre qué hacer con los resultados y cómo actuar cuando estos reflejan valores anormales.
Asimismo, los instrumentos digitales para medir la presión pueden detectar las pulsaciones del corazón.
Para la doctora Ortiz, la respuesta a una frecuencia cardíaca elevada dependerá de los síntomas que muestre el paciente, pues “si una persona ve que su pulso está en 100 (latidos por minuto) y siente que no puede respirar o que tiene una molestia en el pecho, debe ir a sala de emergencia inmediatamente. Sin embargo, un paciente con un pulso de 95 sin síntomas adicionales puede ir a su oficina médica para una evaluación más exhaustiva”, sostuvo.
Con este fin, Ortiz Gómez resaltó que la lectura de los signos vitales deberá observarse en conjunto con los síntomas presentados por cada persona. “En el caso de la presión, por ejemplo, si tengo la presión alta y también tengo dolor de cabeza, o veo lucecitas en los ojos, o me falta aire y dolor en el pecho, el próximo paso es ir a sala de emergencia”, señaló.
Por otra parte, cuando una persona refleja una temperatura alta, sin presentar síntomas adicionales como vómito, falta de aire o intolerancia a la ingesta de líquidos, las probabilidades que se trate de una enfermedad viral son altas.
No obstante, “un paciente de esclerosis múltiple o cáncer con una temperatura de 38 grados es causa para alarmarse y, probablemente, requerirá atención urgente”, advirtió.
Ante un escenario de emergencia, la médico y docente del Recinto de Ciencias Médicas, invitó a toda persona a llamar al 911 y a cargar consigo una lista de los medicamentos que ingiere diariamente, ya que puede ser una manera efectiva de comunicar a los socorristas cualquier enfermedad o padecimiento de importancia. Recomendó, además, portar una tarjeta con los nombres e información de un contacto de emergencia y de los médicos primarios.
Por último, la práctica de tomarse los signos vitales representa una manera simple y costo efectiva de mantenerse saludable y de anticipar algún problema de salud a tiempo para atenderlo.
“Mientras más el paciente conozca de sí mismo, más control tiene de su salud. Si tú conoces cuál debe ser tu meta de tu nivel de azúcar, de tu presión, qué vacunas debes tener, tus pruebas de cernimiento… mientras más control tengas de estos factores, más saludable vas a estar”, puntualizó Ortiz Gómez, destacando la responsabilidad del paciente de empoderarse de la información que necesita para vivir saludablemente, pues “los doctores orientamos, pero le toca al paciente velar por su bienestar”, subrayó.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
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