

Cada día es un reto y, a la vez, una oportunidad para cuidarse, sanar y elegir el camino que te lleve a lograr ese bienestar emocional al que muchos aspiran.
En esta ocasión, diez personalidades reconocidas en distintas áreas comparten eso que les permite cultivar la paz y la salud que necesitan para enfrentar cualquier situación en la vida.
Actriz, coach y conferenciante
“Cuidar mi bienestar emocional tiene dos vertientes. Una de ellas, obviamente, es sentirme mejor. Pero luego, desde la certeza de que, si yo me siento mejor y tengo mayor estabilidad emocional, puedo ofrecer a las otras personas que me rodean, a mi ambiente, a mi entorno, una mejor calidad de relaciones. Y, entonces, realmente entiendo que es sumamente importante darte cuenta de que todo el amor, la paciencia, el cariño, la aceptación, la valoración, todo comienza contigo. Una vez tú lo logras, es fácil reconocer todo esto en los demás, repletar, querer y amar sin condiciones, pero de verdad”.
Diseñador de moda
“He aprendido que el único responsable por mi bienestar soy yo. El único que tiene el control absoluto soy yo. En mi carácter personal, después de muchos momentos de dolor, angustia y retos, mi mejor antídoto es el silencio, meditar y vivir en agradecimiento. Desde hace años, medito para estabilizar mi bienestar emocional; mi vida es una película creada por mi mente y mis logros son alcanzados con la certeza de que ya son reales. Creo en el poder de la visualización y más que todo en los milagros”.
“Coach” de menopausia
“El bienestar emocional no es un lujo, es una necesidad. Las emociones que sentimos no se quedan solo en la mente, también se reflejan en el cuerpo. El estrés, por ejemplo, puede causar inflamación, palpitaciones, ansiedad, aumento de peso, problemas digestivos… y la lista sigue. Por eso es vital aprender a reconocer nuestras emociones, especialmente las negativas, y gestionarlas antes de que se conviertan en algo más serio. Cuidar mi salud emocional se ha vuelto parte de mi rutina diaria. ¿Cómo lo hago? Con prácticas que me conectan conmigo misma, como el yoga, la meditación, el earthing (poner los pies en la tierra y reconectar con la naturaleza), el ejercicio físico, y también prestando atención a lo que como, porque los alimentos impactan directamente cómo me siento. Hoy sé que priorizar mi bienestar emocional no solo me ayuda a estar más en paz, también me da energía, claridad y salud para enfrentar la vida con más fuerza”.
Abogada y exreina de belleza
“En mi propósito de cuidar el bienestar emocional, he aprendido que es fundamental establecer límites saludables y reconocer las emociones como mensajeros valiosos, no como enemigos a reprimir. También he descubierto la importancia de la autocompasión cuando atravesamos momentos difíciles, tratándonos con la misma amabilidad que ofreceríamos a un buen amigo. Desde que me convertí en mamá, entendí que mi salud emocional no es un lujo, es una necesidad absoluta. He comprendido que no puedo darle [a mi hijo] un vaso lleno si el mío está vacío. Esos momentos que tomo para mí —aunque sean solo diez minutos de silencio para un baño mientras duerme o 30 minutos para hacer ejercicios— me devuelven la capacidad de estar presente de verdad, de responder con paciencia en vez de reaccionar desde el agotamiento. Cuidarme no me hace una madre egoísta, me hace una madre sostenible. He visto que crear rutinas de autocuidado consistentes, por pequeñas que sean, genera un impacto significativo en la estabilidad emocional. Y quizás lo más importante: aprender a pedir ayuda cuando la necesitamos no es señal de debilidad, sino de profunda sabiduría personal”.
Atleta paralímpico, propulsor del proyecto de ‘Ciegos con visión’
“Cuidar de mi salud mental y la de mi familia, como trabajador social que fui, es una de las cosas que más promuevo y práctico. No solamente como persona, sino también como atleta, promuevo mantener una salud mental fuerte. No niego que en este país en el que vivimos siempre hay retos con circunstancias y situaciones, pero siempre intento promover en mi hogar y en mi vida una linda salud mental. Tengo a mi psicólogo; tenemos a nuestras personas que nos ayudan y nos orientan. Hago meditaciones, visualización, trato de sacar tiempo para relajarme, escucho pódcast sobre salud emocional y siempre intento que, a la vez que entreno mi cuerpo, entrene mi mente. Es un tema que disfruto y promuevo al máximo en mí, en mi hija y en toda la familia”.
“Para mí, priorizar mi bienestar emocional es un lujo que elijo darme todos los días. Separar espacio para cuidarme es mi manera de resistir las imposiciones de un sistema que muchas veces valora la productividad por encima del ser. Como maquillista, sé que no puedo cuidar ni resaltar la belleza de otros si no cuido primero de la mía, desde adentro”.
Cantautor puertorriqueño
“He aprendido que para poder estar bien con los que amo, primero tengo que estar bien conmigo. No se trata solo de estar feliz, sino de sentirme en balance, con energía, con paz. El ejercicio, comer bien, tener momentos para mí... todo eso me ayuda a ser mejor papá, mejor esposo, mejor artista, mejor ser humano. Y eso es lo que más quiero”.
Comunicadora
“He aprendido que cuidarme o buscar bienestar no es sinónimo de placer inmediato ni de estar siempre en calma. A veces, cuidarme ha significado poner límites que duelen, alejarme de personas importantes o mirarme al espejo y confrontar verdades que no quería ver. He descubierto que hay actos de amor propio que incomodan, que remueven... pero que son profundamente necesarios. El bienestar emocional no se trata de evitar el malestar, sino de aprender a sostenernos con ternura en medio de él; de elegirnos, incluso cuando hacerlo nos reta. Cuidarme ha sido un acto de coraje… y de compasión”.
Hematóloga oncóloga
“Como profesional de la salud y oncóloga, entiendo que para mantener una vida saludable es fundamental tener una vida equilibrada tanto psicológica y emocionalmente. Para esto, es importante cuidar nuestro entorno y rodearnos de personas positivas que nos apoyen y nos repleten. También debemos alejarnos de aquellos que nos hacen sentir menos o nos deprimen. Yo sigo la regla del 8 + 8 + 8 para mantener mi vida física y emocionalmente balanceada. Consiste en dividir el día en ocho horas. Las primeras ocho las dedico a mi trabajo, que es mi pasión: ayudar a mis pacientes. Las siguientes ocho las dedico al tiempo personal, o sea, disfrutar con mi familia, cocinar, comer saludable, hacer ejercicios, leer, rezar. Es importante socializar y, para mí, ayudar al prójimo. Las últimas ocho las dedico a descansar y dormir bien. Por último, es importante creer en uno mismo y tener amor propio, no importa lo que los demás piensen de ti. Proponerse metas a corto plazo e ir tras ellas; al cumplirlas, te sentirás emocionalmente feliz y satisfecha”.
Modelo y empresaria
“He aprendido que todo es un balance. Tratar de buscar un balance en la vida. Entender que no siempre podrás tener control de todo y aprender a soltar. Eso no significa cruzarme de brazos a ver lo que pasa. Trato de prepararme para que lo inesperado sea lo mínimo. Pero, sobre todo, he aprendido que ponerme primero no es ser egoísta. Yo soy la única responsable de mí y, por lo tanto, tengo que buscar mi bienestar”.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos
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