¡Serán las hormonas! ¿Qué te pasa, estás hormonal? ¡No soy yo, son las hormonas! Estas son expresiones cotidianas que se dicen en son de broma. La realidad es que sí, la mayoría de las veces, las hormonas son las culpables. Su poder es infalible, ya que se encargan de regular el apetito, el metabolismo, los ciclos de sueño, la frecuencia cardíaca, la función sexual, el estado de ánimo, el estrés y la temperatura corporal.

Las hormonas son sustancias químicas que se producen principalmente en las glándulas endocrinas para, posteriormente, liberarse en el torrente sanguíneo. De esta forma, viajan por la sangre hasta llegar a los diferentes tejidos y órganos del cuerpo, actuando como mensajeras que les dicen a los órganos qué hacer y cuándo hacerlo. Por consiguiente, juegan un papel importante en la salud e intervienen en el bienestar físico y mental.

Debido a su poder, cualquier alteración en sus niveles, por más pequeña que sea, puede causar efectos secundarios en todo el cuerpo. El desequilibrio hormonal ocurre cuando los niveles de una determinada hormona son superiores o inferiores a los normales. Los síntomas varían acorde con la hormona que este alterada.

En el caso de las mujeres, es habitual el desequilibrio hormonal en el estrógeno y la progesterona, que son las hormonas femeninas más importantes. Las razones más comunes por las que ocurren los desbalances hormonales son:

“Lo más importante es educar a las mujeres sobre los síntomas para que puedan identificarlos. Yo siempre les recomiendo a mis pacientes que lleven un diario de síntomas para que nos ayuden a conocer las causas y encontrar el mejor tratamiento para ellas”, informó la ginecóloga obstetra, Gladysmaria Figueroa Rubero.

Acorde con Figueroa, cuando las hormonas se desequilibran, los síntomas pueden ser extremadamente variados, incluso pueden confundirse con otras condiciones. “Por eso, es importante acudir al médico para evaluar sus hormonas y verificar las opciones de tratamiento tales como pastillas, parchos, anillos, cremas o pellets, entre otros”, añadió la galena.

De igual forma, es importante estar conscientes de que el desequilibrio hormonal no se limita a los conocidos sofocones ni los calores nocturnos. Hay que estar alertas a cambios de salud, por más insignificantes que parezcan.

Hay varias hormonas implicadas en la caída del cabello. Es normal que se caiga todos los días, pero un exceso es una señal de alerta.

Estudios realizados por la Clínica Mayo señalan que la falta de deseo sexual es un indicador común de desequilibrio hormonal en las mujeres. Muchas mujeres carecen de deseo debido a los cambios hormonales que se producen durante el embarazo, después de haber dado a luz (al amamantar), durante la transición hacia la menopausia y durante episodios extremos de estrés y fatiga.

Los niveles de estrógeno están íntimamente relacionados con los trastornos de humor (como la depresión, la irritabilidad, la ansiedad, el llanto y las montañas rusas de emociones) en las mujeres. Las alteraciones en las cantidades de estrógeno modifican las endorfinas, o lo que se conoce como “la hormona de la felicidad”.

La pérdida o el aumento de peso brusco e involuntario en las mujeres es otro indicador de desequilibrios hormonales. Recuerda que las hormonas son las responsables de regular el apetito, los antojos, el metabolismo y la distribución del peso.

Los patrones de descanso de una mujer pueden ser alterados por estrés o por el ambiente. Sin embargo, la Fundación Nacional del Sueño (NSF, en iglés) afirma que el embarazo, la menopausia y la menstruación alteran la calidad de sueño. La falta de progesterona produce insomnio, mientras que el estrógeno provoca molestias al dormir, sudoración y cambios de temperatura.

Según Figueroa, lo mejor que se puede hacer para mejorar los síntomas es hablar. “Hablar sobre los cambios que ocurren en tu cuerpo. Dependiendo de los síntomas, el médico te recomendará hacerte diferentes pruebas de hormonas y laboratorios”, destacó.

En la actualidad, existe una amplia gama de soluciones que van desde naturales y orgánicas, hasta las terapias de reemplazo hormonal. Por consiguiente, la mujer tiene el beneficio de mejorar su calidad de vida y su bienestar, siempre y cuando, se empodere de su salud y consulte los cambios que experimenta con un profesional.

De igual forma, como mujer y ginecóloga, Figueroa Rubero recomendó adoptar hábitos saludables que mejoren la calidad de vida y prevengan complicaciones. Entre estos: hacer 30 minutos de actividad física tres veces a la semana, comer sano, mantener un peso adecuado, vigilar las horas de descanso y cuidar la salud mental y emocional, a través de meditación, relajación o ayuda profesional.

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