

Las expectativas de tus padres y tus propias expectativas. Las notas, las tareas escolares y los exámenes. Tus amistades y tu tiempo libre. La presión de grupo y los cambios en tu cuerpo. El acoso o los abusones. Tus emociones y tus sentimientos. Las metas y tu futuro... Esas son algunas de las preocupaciones comunes de la adolescencia, una etapa de la vida que puede ser tanto confusa como fascinante. Y que con la crisis sanitaria mundial, ahora esta generación se enfrenta a nuevos y mayores retos. Todo un “reggaetón” de estrés.
“El nivel de estrés que viven los adolescentes en el marco de la pandemia es bien grande, hay desesperanza y desasosiego”, dice la doctora Lourdes A. López Vega.
“Desafortunadamente se deprimen, se aíslan y pueden llegar al suicidio”, advierte la vicepresidenta de la Asociación de Psicólogos Escolares de Puerto Rico (APEP), quien agrega que “muchos adolescentes carecen de estrategias para reducir sus niveles de estrés, pero tenemos que estar conscientes de que su ritmo de vida cambió totalmente, que tienen un desplazamiento de horarios tremendo, las demandas de trabajo son distintas ahora con la educación a distancia o en su casa y la relación con su núcleo familiar se ha deteriorado”.
Para la psicóloga -con práctica en Coamo y Cayey- es importante que los padres refuercen “los horarios de reglamento. Hay jóvenes que se quedan hasta muy tarde en la noche metidos en la internet o con los juegos de vídeo, no duermen lo suficiente y al día siguiente hay que obligarlos para que se levanten a estudiar. Entonces, no tienen la concentración ni el enfoque necesarios para aprender ni ejecutar sus tareas. Se van a cansar. Se van a molestar. Y ahí vienen problemas de conducta”.
“Especialmente ahora, los jóvenes necesitan una agenda medida para el tiempo para estudiar, un tiempo de juego, tiempo para que la familia comparta y tiempo para que ese adolescente haga tareas en el hogar. Si eres grande y eres parte de ese núcleo familiar, las cosas de la casa también te tocan. Muchas veces, los adolescentes se meten en un caparazón y no quieren salir de ahí”, prosigue la experta, “pero, eso no es saludable”.
No obstante, “el esparcimiento que los adolescentes necesitan no es más tiempo en internet, ni en videojuegos”, asegura la psicóloga. “Necesitan vida en comunidad, contacto con la naturaleza, que en la casa haya un área que sea de su agrado para que toda la familia se divierta, que escuchen música, que se ejerciten, que vayan al parque, aunque haya que hacer un ajuste de horario y siguiendo siempre las reglas para evitar el contagio” con el COVID-19.
Además, “a los adolescentes no les puedes hablar con rodeos. Tienes que darles la información real y de primera mano. Hay que hablarles con propiedad del COVID-19 y asegurarte de que entiendan que usar una mascarilla significa cuidar su vida”, afirma López Vega.
La psicóloga, que ha visto un aumento en los adolescentes que acuden con sus padres para consultarle, abunda “que la telemedicina no suele ser efectiva en el caso de los adolescentes. Si estás tratando con desatención, con falta de interés o de motivación, difícilmente vas a ser efectivo hablándoles a través de un monitor, eso es para adultos. Los adolescentes tienen otro idioma”.
La caja de herramientas antiestrés del adolescente
1. No te compares
2. Administra tu tiempo
4. ¡Relájate!
5. Cuida tu mente y tu cuerpo
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