

13 de agosto de 2025 - 10:22 AM
Washington — Un estudio reciente de la Academia Nacional de Ciencias reveló que muchos estadounidenses no identifican con precisión las decisiones personales que más contribuyen al cambio climático.
Al pedir a los participantes que clasificaran acciones como cambiar un automóvil de gasolina por uno eléctrico, compartir el coche o reducir el desperdicio de alimentos, sus evaluaciones sobre el impacto real en el cambio climático fueron inexactas. El cambio climático es causado principalmente por la liberación de gases de efecto invernadero al quemar combustibles como gasolina, petróleo y carbón.
Madalina Vlasceanu, coautora del informe y profesora de ciencias sociales ambientales en la Universidad de Stanford, señaló: ‘La gente sobreestima el impacto de acciones de bajo impacto como el reciclaje, y subestima el impacto real de comportamientos mucho más intensivos en carbono, como volar o comer carne’.
Las tres acciones individuales más efectivas para ayudar al clima (evitar vuelos, no tener un perro y usar electricidad renovable) fueron las más subestimadas. En contraste, las acciones de menor impacto (cambiar a electrodomésticos eficientes, reciclar y usar menos energía al lavar la ropa) fueron las más sobreestimadas.
Vlasceanu explicó que el marketing se centra más en el reciclaje y las bombillas de bajo consumo que en los efectos negativos de los vuelos o la adopción de perros, lo que influye en la percepción de las personas. Además, Jiaying Zhao, profesora de psicología y sostenibilidad en la Universidad de Columbia Británica, añadió: ‘Puedes ver la botella siendo reciclada, es visible. Pero las emisiones de carbono son invisibles, por eso no las asociamos con volar’.
Zhao también mencionó que es más fácil recordar acciones que realizamos con frecuencia: ‘Reciclar es casi diario, mientras que volar es menos frecuente. Como resultado, damos más peso psicológico al reciclaje’. Además, la desinformación también juega un papel importante. Algunas empresas promocionan su reciclaje sin mencionar la contaminación de sus operaciones generales.
Brenda Ekwurzel, científica climática de la Unión de Científicos Preocupados, afirmó: ‘Ha habido mucha confusión deliberada para apoyar políticas obsoletas’. Para más información, visita Union of Concerned Scientists.
Los perros tienen un gran impacto climático porque son grandes consumidores de carne, cuya producción contribuye significativamente al **cambio climático**. Los animales de granja liberan metano, un gas de efecto invernadero. La carne de res es especialmente dañina debido a la deforestación ilegal para criar ganado. La tala de árboles, que absorben dióxido de carbono, agrava el problema.
Zhao explicó: ‘La gente no asocia las mascotas con las emisiones de carbono. Ese vínculo no es claro en sus mentes’. Sin embargo, no todas las mascotas son iguales. Zhao, dueña de un perro y tres conejos, comentó: ‘Puedo adoptar 100 conejos que no se acercarán a las emisiones de un perro, porque mi perro es carnívoro’.
Para reducir el impacto de una mascota carnívora, se puede optar por alimentos que no contengan carne de res. Zhao minimiza la huella de carbono de su perro alimentándolo con fuentes de proteína menos intensivas en carbono, como mariscos y pavo.
Los aviones emiten dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno, ambos gases de efecto invernadero. Además, producen estelas de vapor que impiden que los gases que calientan el planeta escapen al espacio. Un vuelo de ida y vuelta en clase económica en un 737 de Nueva York a Los Ángeles produce más de 589.67 kg de emisiones por pasajero, según la Organización de Aviación Civil Internacional.
Evitar ese vuelo equivale a no comer carne durante un año o vivir sin coche durante más de tres meses, según estimaciones de la ONU. Para más detalles, consulta [International Civil Aviation Organization](https://www.icao.int/).
Otras decisiones importantes incluyen cambiar a fuentes de energía renovables como la solar y la eólica, que no emiten gases de efecto invernadero. Las decisiones sobre calefacción, refrigeración y transporte también son cruciales. El reciclaje reduce los residuos, pero su impacto climático es relativamente pequeño debido al uso de combustibles fósiles en el transporte y procesamiento. Además, menos del 10% de los plásticos se reciclan, según la Agencia de Protección Ambiental.
Otras decisiones con impacto sobreestimado, como lavar la ropa con agua fría y cambiar a bombillas eficientes, son menos importantes porque tienen un impacto menor en comparación con los vuelos y los perros.
Los expertos sugieren que la mejor manera de combatir la tendencia humana a calcular mal las decisiones relacionadas con el clima es proporcionar más información. Zhao señaló que las estimaciones son más precisas ahora que hace 10 o 20 años debido a la mayor disponibilidad de información.
El estudio respalda esta hipótesis. Después de que los participantes clasificaron las acciones, los investigadores corrigieron sus errores, lo que cambió las acciones que dijeron que tomarían para ayudar al planeta. Vlasceanu concluyó: ‘La gente aprende de estas intervenciones y está más dispuesta a comprometerse con acciones más impactantes’.
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