

4 de noviembre de 2025 - 4:43 PM

Si eres como la mayoría de los jardineros bien intencionados, es posible que pienses mucho en sembrar las plantas “adecuadas” para nutrir a los polinizadores y otras formas de vida silvestre, con néctar, polen, semillas y frutas. Pero ¿has pensado en el hábitat de esos animales?
Además de sustento, los insectos y criaturas beneficiosas necesitan un hogar seguro donde descansar, esconderse, reproducirse y transformarse en pupas.
Un área crucial para sus ciclos de vida es alrededor de la base de los árboles.
“Hablamos de la importancia de los árboles (nativos) en la generación de las orugas que impulsan la red alimentaria”, me dijo la última vez que hablamos Doug Tallamy, entomólogo y autor de exitosos libros como “Nature’s Best Hope” (“La mejor esperanza de la naturaleza”) y “Bringing Nature Home” (“Llevar la naturaleza a casa”).
“Pero esas orugas caen del árbol y se transforman en pupas en el suelo. Y la forma en que diseñamos el paisaje bajo esos árboles determina si esas orugas sobrevivirán o no”, expresó.
Entonces, ¿cómo diseñamos el paisaje bajo nuestros árboles? Levanta la mano si tu césped llega justo hasta sus troncos.
En cambio, Tallamy dice: “queremos áreas no compactadas donde no caminemos, lo que significa (plantar) camas alrededor de nuestros árboles. Si cortas el césped o caminas debajo de ellos, aplastarás a todas esas orugas”.
Las orugas alimentan a las aves, que brindan servicios de control de plagas en nuestros jardines al alimentar a sus crías con miles de insectos cada año. También son una fuente de alimento crucial para reptiles y arañas. Y ellas mismas devoran plagas del jardín como los pulgones.
Más adelante en su vida, se transforman en polillas y mariposas, convirtiéndose en importantes polinizadores de flores, frutas y vegetales. Crear un “aterrizaje suave” para ellas, al mismo tiempo que se proporciona hábitat para abejas nativas, luciérnagas, escarabajos y otros insectos beneficiosos, es esencial para un ecosistema saludable. Y es fácil de hacer si se siguen dos sencillos pasos.
Para empezar, permite que las hojas descansen directamente bajo los árboles, donde caen. Esas orugas en proceso de transformarse en pupas se acomodarán en su manta natural, y tú te ahorrarás el trabajo de rastrillar.
Luego, plantas cubiertas vegetales y otras plantas bajo la copa del árbol, que es el área superior que se extiende a lo ancho del árbol de punta a punta de las ramas. “Elige plantas que vayan a apoyar la red alimentaria, las que compartirán más energía con otros seres vivos”, aconseja Tallamy.
Eso significa optar por helechos, flox de bosque, juncias y otras cubiertas vegetales nativas, arbustos y plantas perennes.
Introduce tu código postal en el buscador de plantas nativas de la Federación Nacional de Vida Silvestre para saber qué plantas son las más adecuadas para tu región, según la investigación de Tallamy.
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