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“Es un legado para todo Puerto Rico”: reinaugura el Museo de Entomología y Biodiversidad Tropical

La instalación, que ahora se ubica en el Jardín Botánico Norte en Río Piedras, alberga más de 52,000 especímenes de alto valor histórico y científico

14 de diciembre de 2025 - 9:00 AM

El museo cerró sus puertas temporalmente, en 2017, para consumar la mudanza a la nueva instalación, el antiguo edificio del Laboratorio de Tecnología de Alimentos de la Estación Experimental Agrícola. (Suministrada)

Desde la vaquita de la caña hasta mariposas, libélulas, avispas, moscas e insectos acuáticos, más de 52,000 especímenes de alto valor histórico y científico tienen un nuevo hogar, con la reapertura del Museo de Entomología y Biodiversidad Tropical, ahora ubicado en un edificio que estaba en desuso en el Jardín Botánico Norte, en Río Piedras.

Está bien representada la fauna de Puerto Rico en nuestra colección, y nos enfocamos en buscar todas aquellas especies que todavía no han sido incorporadas, porque un país tropical es un tesoro. Y, definitivamente, el énfasis va a ser insectos plaga, insectos beneficiosos que se han introducido o que estaban localmente, pero seguimos haciendo crecer la colección”, destacó la doctora Rosa Amelia Franqui, directora del museo, en entrevista telefónica con El Nuevo Día.

La también catedrática del Colegio de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico explicó que el museo cerró sus puertas temporalmente, en 2017, para consumar la mudanza a la nueva instalación, el antiguo edificio del Laboratorio de Tecnología de Alimentos de la Estación Experimental Agrícola.

“Queríamos salvaguardar la colección de insectos. Ahora, está guardada en un sistema que tiene las ventajas modernas de diseño de gabinetes de colección, maximizamos el uso del espacio haciéndolo una unidad que se compacta y también la capacidad que tiene para no permitir que entre humedad, tampoco entra calor ni nada de eso”, abundó sobre la instalación, un edificio construido en la década de 1960 y que no corre riesgo de inundarse.

Anticipó que el museo –fundado formalmente en 1997– podría comenzar a recibir visitantes a partir de la tercera semana de enero, con un horario especial de martes a viernes –aún por definirse–, y con espacio para realizar eventos especiales los fines de semana.

“Entonces, sí que podemos decir que tenemos un museo”, resaltó Franqui, al explicar que el hogar permanente de la colección –iniciada en 1910 y considerada la más antigua y completa del Caribe– es ideal para colocar anaqueles móviles para salvaguardar los insectos, además de contar con laboratorios y salas de conferencia y de exhibición.

La entomóloga compartió que, además de aspirar a educar a la ciudadanía sobre los insectos y preservar la colección existente, una de sus metas es aportar a formar la próxima generación de entomólogos, científicos dedicados al estudio de los insectos.

En el lado de investigación, anticipó que brindarán especial énfasis al control biológico, una estrategia para contener plagas utilizando organismos vivos como “enemigos naturales”, en busca de reducir poblaciones nocivas sin afectar el ambiente ni la salud humana, contrario a los químicos.

“Aunque inicia en la Estación Experimental Agrícola del Colegio de Ciencias Agrícolas del RUM, este museo es de todos: es un legado para todo Puerto Rico, es nuestro primer museo de ciencias. Y, en su misión, está implícita expandir el conocimiento de nuestra fauna y también preservarla e inspirar el respeto en los demás hacia la misma, porque siempre ha sido mi filosofía: lo que uno puede comprender, lo puede respetar, y lo que uno puede respetar, lo puede preservar”, expresó Franqui, en declaraciones escritas compartidas con motivo de la reapertura.

Dentro de la misión del museo –que aspira a obtener la acreditación de la Asociación Americana de Museos (AAM)–, se incluye ofrecer recorridos educativos, facilitar préstamos para investigación y mantener un programa activo de digitalización, conservación y estudio.

Esta reinauguración significa el comienzo de un nuevo ciclo de actividades científicas y académicas en instalaciones especialmente diseñadas para preservar y estudiar los insectos y la biodiversidad tropical en la Universidad, para el disfrute del público. Ahora, contamos con salas de exposición, espacio para preservación y laboratorio para identificación de insectos, una herramienta muy valiosa para la ciencia y la educación”, enunció el profesor Carlos Flores Ortega, decano asociado y subdirector de la Estación Experimental Agrícola.

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