Nota de archivo: este contenido fue publicado hace más de 30 días.

Con 17 nuevos individuos en estado silvestre, la bandada de la especie endémica de Puerto Rico –solo en este bosque del centro de la isla– se ubica en niveles no vistos en 69 años.

Utuado.- Con la liberación de ocho individuos el pasado miércoles y otros nueve este próximo martes, la población en estado silvestre de la cotorra puertorriqueña en el Bosque Estatal de Río Abajo, en este municipio, aumentará a entre 210 y 230, lo que fue descrito como “histórico” por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).

Se trata de cifras no vistas desde 1954, cuando se realizó el primer estudio de la cotorra y su población se estimó en 200 a nivel isla. Entonces, las 200 cotorras estaban en el Bosque Nacional El Yunque y, apenas una década antes, se consideraba que quedaban 2,000 libremente, “por lo que la población bajó bastante en 10 años”, dijo la bióloga y líder del Proyecto de Recuperación de la Cotorra Puertorriqueña en el DRNA, Tanya Martínez.

“Aquel momento, fue uno de los puntos más bajos a los cuales había llegado la especie (cuya población se redujo aún más en la década de 1970, con 13). Hoy día, tenemos una bandada que es, por lo menos, del mismo tamaño que la que existía en 1954, y eso es solo aquí, en Río Abajo. También, tenemos cotorras silvestres en El Yunque y una población nueva, que está comenzando, en el Bosque Estatal de Maricao. Es un momento histórico bien importante”, celebró.

“Los números que tenemos hoy son evidencia de que el programa es exitoso… de que estamos haciendo un trabajo de conservación con la cotorra puertorriqueña”, expresó, por su parte, la secretaria del DRNA, Anaís Rodríguez, en referencia al Proyecto de Recuperación.

Creado en 1973, el Proyecto de Recuperación es una iniciativa interagencial, en la que, además del DRNA, participan el Servicio Forestal y el Servicio de Pesca y Vida Silvestre (USFWS, en inglés), ambas dependencias federales. Surgió en El Yunque, donde se estableció el primer centro de reproducción en cautiverio de la Amazona vittata, nombre científico de la especie. Actualmente, El Yunque y Río Abajo tienen aviarios y poblaciones silvestres, y un grupo más pequeño habita en Maricao.

La bióloga Tanya Martínez, líder del Proyecto de Recuperación de la Cotorra Puertorriqueña en el DRNA.
La bióloga Tanya Martínez, líder del Proyecto de Recuperación de la Cotorra Puertorriqueña en el DRNA. (Jorge A Ramirez Portela)

Pese al éxito de las reproducciones en cautiverio y las liberaciones, la cotorra –endémica de Puerto Rico– continúa en peligro crítico de extinción. Está protegida por la Ley federal de Especies en Peligro de Extinción, que tipifica como delito matarlas, molestarlas, atraparlas o venderlas, entre otros actos.

El proceso

El pasado miércoles, cuando El Nuevo Día visitó el Aviario Dr. José Luis Vivaldi, fueron liberadas ocho cotorras, que habían pasado un año en una “jaula de transición”, contó Martínez.

“Durante ese período, se les da un entrenamiento físico, en el cual las perseguimos con unos nasos largos para estimularles el vuelo y ayudarles a fortalecer los músculos de vuelo, porque una cotorra no se va a mover si no tiene que hacerlo estando en una jaula. Si queremos que las cotorras salgan al estado silvestre listas para incorporarse a la bandada, queremos que lleguen fuertes y con los músculos de vuelo desarrollados”, indicó.

“También, les colocamos frutos nativos durante el período de transición. Salimos al bosque y los traemos, porque son los alimentos que ellas van a encontrarse en estado silvestre y tienen que aprender a reconocerlos y manipularlos. Les colocamos, igualmente, unos comederos en los árboles, en los que ponemos comida comercial, que es la misma que usamos en cautiverio. Si acaso las cotorras no encuentran qué comer en estado silvestre, tienen donde venir y alimentarse todos los días. Todo esto es bien importante para un pájaro recién liberado, que está aprendiendo a adaptarse”, añadió.

Tan pronto como en cinco meses, las cotorras liberadas ya pueden estar bien adaptadas al bosque.
Tan pronto como en cinco meses, las cotorras liberadas ya pueden estar bien adaptadas al bosque. (Jorge A Ramirez Portela)

En cuanto al proceso de liberación –por el que pasarán otras nueve cotorras este próximo martes, para un total de 17–, Martínez explicó que se hace en esta época del año porque “no hay demasiada actividad de depredadores”, como el guaraguao cola roja y el guaraguao de bosque.

Además, coincide con el comienzo de la temporada reproductiva, “así que hay oportunidad para que las cotorras que se liberen puedan empezar a aparearse, buscar nidos y criar pichones; ya para mediados de febrero, las cotorras silvestres y en cautiverio empiezan a poner huevos, que nacen a los 28 días, y después de 55 días, vuelan los pichones”.

Las cotorras liberadas en estos días nacieron entre 2019 y 2021. A todas, el personal del DRNA les colocó radiotransmisores para monitorear su comportamiento a través del bosque, incluyendo patrones de alimentación, anidamiento y sueño. Se espera que entre el 60% y 70% sobreviva, al menos, un año en estado silvestre, “y esto está bastante bien para la población”, afirmó Martínez.

“Ahora, se continúa repitiendo el ciclo. Seguiremos liberando pequeños grupos de cotorras, dependiendo de la cantidad de espacio que tengamos disponible”, dijo, y precisó que la población en cautiverio, en Río Abajo, es de 230.

De otro lado, Rodríguez señaló que continúa la reconstrucción del aviario, que resultó con “serios daños” tras el paso del huracán María, en 2017. Los trabajos, que se realizan junto con el USFWS y la organización Para la Naturaleza, se extenderían por 24 meses y son costeados con fondos federales. También, hay obras de reconstrucción en Maricao.

En Río Abajo, por ejemplo, “se está haciendo la casa de los biólogos, el hospital de las cotorras, un centro de visitantes nuevo y más espacio para las jaulas”, detalló la secretaria.

Las cotorras tienen radiotransmisores para monitorear su comportamiento.
Las cotorras tienen radiotransmisores para monitorear su comportamiento. (Jorge A Ramirez Portela)
💬Ver comentarios