21 de junio de 2025 - 5:51 PM
Trujillo Alto - Felita y Carmen Cruz llegaron temprano este sábado a la Feria Ambiental, en este municipio, en busca de árboles que le ayuden a controlar el “insoportable” calor del verano boricua.
Ambas mujeres –entusiastas de la jardinería y vecinas de la urbanización Metrópolis, en Carolina– contaron que, con otras plantas que han colectado, crearon una barrera natural en sus balcones con la que han notado una reducción en la temperatura al interior de sus casas. Tan así es que, en ocasiones, no tienen ni que prender al aire acondicionado.
“¡Qué suerte que el Municipio de Trujillo Alto está reciclando!”, exclamó Felita sobre otro de los componentes de la Feria Ambiental, que se celebró, de 10:00 a.m. a 4:00 p.m., en el Paseo del Bicentenario. “Los municipios tienen que facilitarle eso al ciudadano”, agregó.
Con 21 organizaciones ambientales, tres talleristas y El Trotamundos –un espectáculo para niños–, el evento reunió a cientos de personas, destacó, por su parte, Ronalisse Esteban Rodríguez, coordinadora del Programa de Reciclaje del Municipio.
Al llegar, en el Paseo había carpas a ambos lados. En cada carpa, a su vez, había una organización, pequeño negocio o artesano liderando esfuerzos ambientales. Aunque cada persona tenía sus propios motivos para acudir, todos compartían la misma misión: crear armonía con la naturaleza.
“Invitamos a la gente a que contacten con la naturaleza”, dijo Virgen González, cofundadora de Toke Verde, una entidad dedicada a llevar la naturaleza a los hogares con plantas elaboradas mediante el método kokedama –una técnica artesanal japonesa que no requiere los tiestos de plástico–. “Es una fuente de liberar el estrés diario, a la vez que trabajemos con la naturaleza”, añadió.
Precisamente, para promover la apreciación de la naturaleza, la Feria Ambiental regaló árboles frutales y medicinales a los primeros 200 participantes.
Para la artesana Edith Feliciano, asistir al evento formó parte de su misión de ser creativa a través de distintas maneras de reciclaje, lo que lleva haciendo desde 2014. Utilizando cartón molido y servilletas diseñadas, crea decoraciones de múltiples fines. El secreto a su éxito, subrayó, es hacerlo con mucho cariño.
“La juventud está muy dispuesta al reciclaje”, observó, en reacción a la diversidad de personas –de todas las edades– que se acercaron a admirar su trabajo.
En la entrada de la Feria Ambiental, una carpa dedicada a crear mariposas con limpiapipas (“pipe cleaners”) y servilletas atrajo multitudes de niños curiosos. Aquí, los pequeñines tenían la oportunidad de ver lo fácil que es reutilizar materiales y crear arte para ayudar al ambiente, según Eric D. Rojas Marrero, encargado de la carpa. Había, incluso, libros sobre reciclaje, hechos con materiales reciclables.
Para muchos adultos que asistieron con niños, el evento fue la manera ideal de pasar su sábado.
“Sin esto, estarían en casa, jugando en todo lo que es digital”, compartió José Serrano, quien participó de la Feria Ambiental junto a la pequeña Daleyah Quiñones.
Cerca, en la “Granja Trujillana”, se oía la risa de los jóvenes entrelazada entre los cantos de gallos y relinchos de ponis. Esta exhibición se integró como una manera de ampliar lo que incluye cuidar el ambiente, además de sembrar árboles y reciclar. Para Quiñones, montar los ponis fue lo más que le gustó. Tener la oportunidad de interactuar con elementos de la naturaleza, como los animales, de una manera entretenida, les da a los jóvenes la oportunidad de crear conciencia sobre por qué cuidar su entorno, abundó Serrano.
La Feria Ambiental lleva realizándose ya tres años y, según la coordinadora del Programa de Reciclaje del Municipio, el alcalde Pedro A. Rodríguez espera seguir celebrándola.
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