Washington D.C. - En momentos en que ejecuta a supuestos narcotraficantes en aguas del Caribe, el presidente Donald Trump dio a conocer una estrategia de seguridad nacional que persigue poner en marcha la antigua Doctrina Monroe e incrementar su influencia en el hemisferio occidental.

“Negaremos a los competidores no hemisféricos la capacidad de posicionar fuerzas u otras capacidades amenazantes, o de poseer o controlar activos estratégicamente vitales, en nuestro hemisferio”, indicó Trump en el documento, divulgado tarde el jueves.

La doctrina de 1823 del entonces presidente James Monroe veía a Latinoamérica como su patio trasero y advertía, entonces, que cualquier intervención europea en la región sería considerada como una amenaza contra Estados Unidos.

Luego de tres meses de ataques militares contra supuestos narcotraficantes, los que describe como terroristas, Trump sostuvo que su estrategia incluye “un reajuste de nuestra presencia militar global para abordar las amenazas urgentes en nuestro hemisferio, especialmente las misiones identificadas en esta estrategia, y alejarla de escenarios cuya importancia relativa para la seguridad nacional estadounidense ha disminuido en las últimas décadas o años”.

La ofensiva militar estadounidense contra narcotraficantes –que son ejecutados en vez de ser arrestados y llevados ante un juez– ha incluido la reutilización de antiguas instalaciones clave para las Fuerzas Armadas estadounidenses en Puerto Rico, como los aeropuertos José Aponte de la Torre de lo que fue la base naval Roosevelt Roads, en Ceiba, y Rafael Hernández en lo que se conoció como la base Ramey de la Fuerza Aérea, en Aguadilla, que ahora está en manos de la Guardia Costera.

Cerca de 15,000 soldados han sido movilizados a la región, más de 4,000 de ellos en el portaaviones Gerald Ford, el más grande e importante de Estados Unidos y que había estado en la zona de Oriente Medio.

El plan de Trump propone una “presencia más adecuada de la Guardia Costera y la Marina de Guerra para controlar las rutas marítimas, impedir la migración ilegal y no deseada, reducir el tráfico de personas y drogas, y controlar las rutas de tránsito clave en situaciones de crisis”, lo que incluye “establecer o ampliar el acceso en ubicaciones estratégicamente importantes”.

“Tras años de abandono, Estados Unidos reafirmará y hará cumplir la Doctrina Monroe para restaurar la preeminencia estadounidense en el hemisferio occidental y proteger nuestra patria y nuestro acceso a geografías clave en toda la región”, agrega la estrategia.

Trump, quien dice que pone su acento a la Doctrina Monroe, hace énfasis también en la importancia para Estados Unidos de expandir sus productos comerciales en la zona y atraer a “campeones regionales que puedan ayudar a crear una estabilidad tolerable en la región incluso más allá de las fronteras de esos socios”.

“Estas naciones nos ayudarían a detener la migración ilegal y desestabilizadora, neutralizar los cárteles, la manufactura local y desarrollar las economías privadas locales, entre otras cosas”, afirmó.

Trump ha mantenido una política de imposición de aranceles y deportación de inmigrantes, muchos de ellos sin un récord de delitos criminales. Pero, al mismo tiempo, quiere que Latinoamérica le vea como su primera opción comercial.

“Estados Unidos priorizará la diplomacia comercial para fortalecer nuestra economía e industrias, utilizando aranceles y acuerdos comerciales recíprocos como herramientas poderosas. El objetivo es que nuestros países socios fortalezcan sus economías nacionales, mientras que un hemisferio occidental económicamente más fuerte y sofisticado se convierte en un mercado cada vez más atractivo para el comercio y la inversión estadounidenses”, indicó.

En una posible alusión al crecimiento de la importancia comercial de China en Latinoamérica, la estrategia de Trump buscará “fortalecer las cadenas de suministro críticas en este hemisferio, reducirá las dependencias y aumentará la resiliencia económica estadounidense”.

“Los vínculos creados entre Estados Unidos y nuestros socios beneficiarán a ambas partes, al tiempo que dificultarán que competidores no hemisféricos aumenten su influencia en la región. Y al mismo tiempo que priorizamos la diplomacia comercial, trabajaremos para fortalecer nuestras alianzas en materia de seguridad, desde la venta de armas hasta el intercambio de inteligencia y los ejercicios conjuntos”, añadió.

En 2023, la congresista demócrata puertorriqueña Nydia Velázquez (Nueva York) –junto a otros colegas, incluida Alexandria Ocasio Cortez– presentó una resolución que propone anular la Doctrina Monroe. La medida propuso, además, desclasificar todos los archivos del gobierno de Estados Unidos relacionados con “golpes de estado, dictaduras y períodos de la historia de países de América Latina y el Caribe”.

En cuanto a Europa, la estrategia de Trump subrayó el mensaje antiinmigrante que ha implantado en Estados Unidos, donde ha insultado a comunidades y nacionales de Somalia, Venezuela, México y naciones pobres “del tercer mundo”.

“Los problemas más importantes que enfrenta Europa incluyen las actividades de la Unión Europea y otros organismos transnacionales que socavan la libertad política y la soberanía; las políticas migratorias que están transformando el continente y creando conflictos; la censura de la libertad de expresión y la supresión de la oposición política; la caída de la natalidad; y la pérdida de identidades nacionales y de confianza en sí mismos”, señaló.

Trump también se percibe como un interlocutor entre Rusia y Europa. Y mantuvo que es un “interés central para Estados Unidos negociar un cese rápido de las hostilidades en Ucrania, a fin de estabilizar las economías europeas, prevenir una escalada o expansión involuntaria de la guerra y restablecer la estabilidad estratégica con Rusia, así como para permitir la reconstrucción de Ucrania… y su supervivencia como un estado viable”.