24 de noviembre de 2025 - 7:22 PM

Canóvanas - El club de baloncesto en el que jugaban los dos menores que fallecieron el domingo en esta municipalidad tenía en su interior una foto tan histórica como trágica.
Afuera de la cancha, en la urbanización Quintas de Canóvanas, un grupo de jóvenes y padres lanzaba el balón en un canasto, jugando baloncesto tipo “cocina”.
La imagen colocada en el interior muestra a Ramón Ramos sosteniendo en sus brazos a Ángelo Cruz tras la victoria de Puerto Rico sobre Yugoslavia en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988. Años más tarde, Ramos sufrió un accidente de tránsito cuando era jugador de la NBA y Cruz desapareció misteriosamente.
Los niños fallecidos, Jayden Bermúdez Lebrón, de 12 años, y Kenny Yadiel Almonte Olea, de 14, soñaban con llegar a ser en la cancha como “El Pequeño Gigante” (Ángelo) Cruz o como el propio (Ramón) Ramos.
Pero la muerte los sorprendió el domingo en la tarde, víctimas de un accidente de tránsito mientras realizaban una colecta para un viaje de baloncesto.
Un compañero de Almonte Olea estaba entre los jóvenes que jugaban baloncesto en la cancha al aire libre de Quintas de Canóvanas. Fue uno de los que lamentó profundamente haber perdido a un amigo y compañero de clases de la Escuela José Santos Quiñones de Canóvanas.
Ese adolescente es Yova Yireh Escobar Mercado, quien llegó a la cancha junto a su padre, Anthony Escobar, un primo y otro familiar cercano. Además de lanzar al canasto, también dejó salir sus sentimientos ante la pérdida.
“Uno se siente triste porque es una pérdida de un compañero. Es un sentimiento fuerte saber que nunca más vamos a poder compartir con él. Fue mi compañero de clase”, expresó Escobar Mercado, de 14 años.
“Éramos bastante unidos. Él era bien buena gente, compartía, era muy atento con los compañeros. Algunos vinieron hoy a compartir y a recordarlo porque se le va a extrañar bastante”, agregó.
“Hay que disfrutar los buenos momentos con los familiares y los seres queridos. Hay que compartir y recordar lo bueno”.
Varios grupos estuvieron jugando en las canchas al aire libre de la instalación deportiva de Quintas de Canóvanas, que ubica a unos 10 minutos en auto del lugar donde ocurrió el accidente que le costó la vida a los jóvenes baloncelistas y a la madre de Bermúdez Lebrón, Angélica Lebrón De Jesús, de 42 años.
Joggers y caminantes también estaban presentes este lunes en la instalación deportiva, así como residentes paseando a sus mascotas. Era una tarde propicia para hacer ejercicio. En el lugar también se veían personas utilizando el gimnasio al aire libre.
El padre de Escobar Mercado autorizó a este medio a conversar con su hijo menor de edad. También compartió sus impresiones como padre y como alguien que ha recurrido a colectas para costear viajes deportivos de sus hijos.
“Uno da el todo para que sus hijos salgan adelante, más si es para mantenerlos dentro de una cancha. Mi hijo siempre está aquí. Como están las cosas, hago lo posible para que se mantenga en el deporte”, dijo Escobar, quien también llevó a un sobrino a practicar este lunes.
“Tirarse a la calle es un peligro, y ya vimos lo que pasó. Con mi hijo salí a colectar varias veces y se nos hacía cuesta arriba porque no es lo mismo que antes, cuando había más apoyo. Con las circunstancias de ahora, es peligroso. Los carriles son un riesgo. Es preferible poner el dinero uno mismo”.
“Es una tristeza porque el niño (Almonte Olea) era tremendo. Él ayudó a mi hijo dos veces. No estamos hablando bien de él porque falleció, sino porque todo el mundo lo conocía”, agregó.
Angélica Lebrón De Jesús, de 42 años, su hijo Jayden Bermúdez Lebrón, de 12, ambos residentes de Loíza, y Kenny Yadiel Almonte Olea, de 14 años y residente de Carolina, perdieron la vida en el accidente.
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