Ciudad de México — Julio César Chávez, considerado el mejor boxeador mexicano de la historia, tuvo tres hijos. Su primogénito llevó su nombre y fue el que más se acercó a duplicar su éxito en el ring.

Julio César Chávez Jr., quien fue arrestado en Los Ángeles por agentes federales de inmigración el jueves por exceder el tiempo de su visa, creció viajando con su hermano menor, Omar, para ver las peleas de su padre.

El mayor de los Chávez ganó títulos mundiales en tres categorías de peso en las décadas de 1980 y 1990 y se convirtió en un ícono deportivo en México, donde sigue siendo venerado.

Chávez Jr. y Omar comenzaron a practicar el deporte a una edad temprana. El menor de los Chávez, que ahora tiene 39 años, peleó como amateur a los 11 años contra Jorge “Maromerito” Páez, el hijo de otro peleador mexicano, Jorge Páez.

Chávez hizo su debut profesional a los 17 años, venciendo a Jonathan Hernández en un combate de seis asaltos en su ciudad natal de Culiacán.

“El Hijo de una Leyenda”, como se le llamaba en México, tuvo un récord de 23-0 para comenzar su carrera antes de un empate contra Carlos Molina en 2005.

Aunque Omar también peleó como profesional, “Julito” tenía más talento, y ganó su primer título en 2009, en la división de peso súper pluma Latino del Consejo Mundial de Boxeo.

Ese año, Chávez dio positivo por una sustancia prohibida después de su pelea con Troy Rowland en Las Vegas. Recibió una suspensión de siete meses en Nevada.

Un año después, ganó la corona de peso mediano de plata del CMB, derrotando a John Duddy por decisión unánime.

El 4 de junio de 2011, Chávez alcanzó la cima de su carrera cuando ganó el título de peso mediano del CMB, derrotando a Sebastian Zbik por decisión mayoritaria en el Staples Center en Los Ángeles.

Defendió con éxito la corona tres veces: superando a Peter Manfredo Jr. por nocaut técnico, ganando por decisión unánime sobre Marco Rubio y derrotando a Andy Lee, también por TKO.

Contra Rubio, Chávez tuvo problemas para dar el peso.

La primera pelea de pago por evento de Chávez fue en 2012 a los 26 años contra Sergio “Maravilla” Martínez de Argentina, quien tenía 37 años en ese momento.

Martínez, quien había ganado títulos mundiales en dos categorías de peso, derrotó a Chávez por decisión unánime y el récord del mexicano cayó a 46-1-1.

Después de la pelea, Chávez fue suspendido por nueve meses y multado con $900,000 por la Comisión Atlética del Estado de Nevada después de dar positivo por marihuana.

Después de la derrota ante Martínez, Chávez luchó por recuperar su forma anterior y peleó solo cinco veces en cinco años.

Chávez tuvo otra oportunidad de alto perfil en 2017 cuando peleó contra Canelo Álvarez en Las Vegas en su segunda pelea de pago por evento.

La pelea fue muy esperada en México, enfrentando a uno de los peleadores más populares del país, Álvarez, contra el “Hijo de una Leyenda”, quien perdió por decisión unánime.

Después de la derrota ante Álvarez, las luchas de Chávez contra la adicción se hicieron evidentes y su relación con su padre se deterioró.

Dejó de pelear durante dos años, regresando para ganar una pelea menor en Guadalajara.

En 2019, Chávez perdió ante el ex campeón de peso mediano Daniel Jacobs en Las Vegas.

Después de eso, volvió a pelear en México, incluida una derrota ante el ex campeón de artes marciales mixtas Anderson Silva por decisión dividida en 2021.

Chávez pasó los siguientes tres años alejado del ring y llamó la atención por los videos de TikTok en los que acusaba a su padre de varias formas de abuso.

En enero del año pasado, la policía de Los Ángeles arrestó a Chávez y lo acusó de posesión ilegal de un arma de asalto, entre otros delitos.

Después de eso, Chávez afirmó haber completado un programa de rehabilitación y estaba listo para volver al ring. Derrotó a Uriah Hall en Tampa, Florida, en julio pasado antes de perder ante el YouTuber convertido en boxeador Jake Paul el fin de semana pasado en Anaheim, California.