Nueva York - El presidente Donald Trump asistió al Abierto de Estados Unidos el domingo como invitado de Rolex, a pesar de la imposición de fuertes aranceles al país de origen del fabricante de relojes suizo y de que los organizadores buscan evitar que cualquier público que lo abuchee aparezca en la transmisión televisiva.

Fue abucheado por el público en la final masculina, que se retrasó debido a las medidas de seguridad adicionales asociadas con su visita.

La final aún contaba con largas filas de asistentes esperando para entrar al inicio del partido.

Vestido con traje y corbata roja larga, Trump salió brevemente de su suite unos 45 minutos antes del inicio del partido y escuchó una mezcla de abucheos y vítores en el estadio Arthur Ashe, que seguía prácticamente vacío.

No hubo ningún anuncio antes de su aparición, y fue tan breve que algunos de los presentes se lo perdieron.

Trump volvió a aparecer entre más abucheos antes del Himno Nacional. De pie, saludando, el presidente apareció brevemente en las pantallas gigantes del estadio durante la canción y esbozó una sonrisa burlona que acentuó los abucheos.

Al terminar el himno, el republicano señaló a un pequeño grupo de simpatizantes sentados cerca y luego se sentó en el balcón de la suite para observar el partido con atención.

En general, no aplaudió, incluso después de los puntos importantes que animaron al resto de la multitud cuando el español Carlos Alcaraz se enfrentó al primer clasificado y campeón defensor del torneo, Jannik Sinner, de 24 años, de Italia.

Sin embargo, las reacciones a Trump no constituyeron, en última instancia, grandes interrupciones.

Ir al Abierto de Estados Unidos fue el ejemplo más reciente de cómo Trump concentró la mayor parte de sus viajes nacionales durante su segundo mandato en asistir a grandes eventos deportivos, en lugar de viajar para hacer anuncios políticos o dirigirse a los grandes mítines que tanto disfrutaba como candidato.

Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, y antes de la gira del domingo por el Abierto de Estados Unidos, Trump asistió al Super Bowl en Nueva Orleans y a las 500 Millas de Daytona, así como a combates de la UFC en Miami y Newark, Nueva Jersey, al campeonato de lucha libre de la NCAA en Filadelfia y a la final de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA en East Rutherford, Nueva Jersey.

Algunas de esas multitudes lo vitorearon, pero en otros eventos lo abuchearon.

El presidente aceptó la invitación de Rolex a pesar de que su administración impuso un enorme arancel del 39 % a los productos suizos. Eso es más de dos veces y media más alto que los gravámenes sobre los bienes de la Unión Europea exportados a los EE.UU. y casi cuatro veces más alto que sobre las exportaciones británicas a los EE.UU.