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Nueva York - En los objetos que se heredan, en esos donde residen la memoria y la nostalgia, hay significados de siempre, los que surgen instantáneamente y esos que con el tiempo, toman forma. A Ángel Otero, el artista puertorriqueño radicado en Nueva York, le sucedió algo así a través de una figura de madera -un niño Jesús vestido con varias chapas conocidas como milagros- que heredó de su bisabuela.