

28 de agosto de 2016 - 12:00 AM
La voz de Ernesto Cordero calma revoluciones. Como extensión de la música que compone, resuena serena y elegante, sin dejar de ser imponente. Con palabras o notas musicales, el maestro no fuerza nada pero trastoca mucho. “Buenas tardes”, dice mientras hace un gesto con el brazo que invita a entrar a su pequeño apartamento en un sencillo condominio de Río Piedras. Unos cuantos pasos bastan para llevarlo de regreso a su refugio creativo, donde hace unos minutos posaba para la cámara. Se sienta frente al piano, agarra la guitarra y suelta los dedos sobre las cuerdas.
Las noticias explicadas de forma sencilla y directa para entender lo más importante del día.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: