“Encuentra tu propósito”. Se ha convertido en un consejo tan común que pocos lo cuestionan. Pero en lugar de ser inspirador, puede sentirse como una carga. ¿Cómo encuentro esto y qué pasa si nunca lo hago?

“Esto es ansiedad de propósito”: la sensación persistente de que la vida de uno debe tener un propósito general, pero no está claro cómo descubrirlo.

“Hay muchos mandatos para encontrar un propósito, pero no mucho apoyo para encontrarlo”, dijo Michael Steger, profesor de la Colorado State University y director de su Center for Meaning and Purpose.

La definición de propósito puede ser elástica. ¿Puedes tener sólo un propósito o puedes tener muchos? ¿Tiene que implicar el servicio a los demás o puede ser algo que constantemente te dé gran placer y significado?

Piensa en el propósito no como algo que gobierna el comportamiento, sino como una brújula que puedes elegir seguir, ayudando a dirigir tus energías hacia un objetivo central en la vida, dice Todd Kashdan, profesor de la George Mason University y fundador de su Well-Being Laboratory. Un sentido de propósito puede ayudar a “cerrar esa brecha entre quién eres y lo que idealmente quieres llegar a ser”, dijo.

La gente puede llevar vidas contentas y significativas sin articular nunca un sentido de propósito, enfatizó.

Hay muchas razones legítimas para el consejo dado por padres, maestros, mentores y una variedad de gurús en línea de que encontrar un propósito es clave para una buena vida. La investigación ha demostrado que las personas que sienten más fuertemente un sentido de propósito tienden a ser física y mentalmente más saludables.

Pero la palabra se ha vuelto tan pesada que encontrar un propósito se ha convertido, para muchos, en una fuente de angustia.

El término “ansiedad de propósito” parece haber sido acuñado en 2014 por una estudiante graduada de la University of Pennsylvania, Larissa Rainey, y se popularizó. La autora Elizabeth Gilbert, por ejemplo, mejor conocida por sus memorias “Eat, Pray, Love”, ha hablado con frecuencia sobre una obsesión enfermiza por una “vida con propósito”. Es, dijo en una entrevista, “la fórmula con la que todos hemos sido alimentados”.

La gente siempre ha buscado el significado y el propósito de la vida.

“Parte de lo que es tener una conciencia humana es pensar en nuestro lugar en el universo”, dijo Jody Day, psicoterapeuta y autora de “Living the Life Unexpected: How to Find Hope, Meaning and a Fulfilling Future without Children”.

“Pero muchos de los lugares en los que naturalmente hemos encontrado significado en nuestra cultura en, digamos, los últimos cien años están desapareciendo”.

La religión, por ejemplo, a menudo ofrecía propósito y significado a los creyentes. Pero aquellos que se identifican como religiosos han disminuido significativamente a lo largo de los años (aunque eso parece estar estabilizándose recientemente según una encuesta de 2025 del Pew Research Center).

Otras personas tradicionalmente encontraban un propósito en asegurar que sus hijos tuvieran una vida mejor que la suya. Muchos ya no confían en que ese será el caso, dijo Day.

Como dijo Steger, “ahora estamos atrapados tratando de hacer lo más difícil, que es, uno por uno, descubrir todo en el universo y cómo encajamos”.

Podrías comenzar, dijo Steger, dándote cuenta de que no tienes que precisar un propósito de inmediato; buscar un propósito en sí mismo ayuda a generar significado en la vida.

Implica “entender quién eres y con qué tienes que trabajar, entender lo que te importa, lo que te gustaría que fuera mejor, ya sea en ti mismo o en el mundo” y luego averiguar si puedes tener un impacto, añadió.

“En nuestra cultura, estamos tan centrados en los resultados y somos adversos a los procesos”, dijo. “Probablemente mi mejor consejo es que te tomes tu tiempo y estés bien con no saber siempre”.

Para Jordan Grumet, autor de “The Purpose Code”, hay un gran Propósito “P” y un pequeño propósito “p”, y demasiadas personas se estresan por encontrar el primero e ignoran el segundo.

“El gran Propósito ‘P’ está orientado a objetivos, por lo general es grande y audaz, y a menudo inalcanzable”, dijo. Las redes sociales, dijo, “están llenas de gente que trata de expresar esa versión de propósito en ti para que puedan ganar dinero”.

Mejor, dijo, concentrarse en el pequeño propósito “p” y en las actividades que algunos podrían simplemente llamar pasatiempos: jardinería, canto, coleccionar tarjetas de béisbol. O se puede encontrar en un trabajo o en el voluntariado.

¿Qué podría hacer que me iluminara y me llenara y fuera un buen uso de mi tiempo?”, dijo Grumet.

No es sólo para la superación personal, dijo. Cuando la gente hace algo que ama, atrae a la gente hacia ellos, lo que puede ayudar a crear comunidades.

No todos están de acuerdo en que los pasatiempos y las pasiones son lo mismo que el propósito. Leer libros, dijo Kashdan, no es un propósito en sí mismo, sino que puede ser una herramienta para descubrirlo. “Son como semillas incipientes de, oye, podría haber algo allí que tal vez quieras perseguir con más profundidad y más seriedad en tu vida”.

A veces, un evento traumático puede cambiar o crear el propósito de uno en la vida. Por ejemplo, Day, la psicoterapeuta y autora, asumió que su propósito sería criar una familia, pero a los 40 años supo que no podría tener hijos.

“Me sentí tan inútil como ser humano porque no era madre”, dijo, recordando el dolor que sintió.

Pero terminó creando una comunidad en línea para mujeres sin hijos llamada Gateway Women.com. En la Irlanda rural, donde vive, también está ayudando a construir un grupo en persona que reúne a personas sin hijos a medida que envejecen.

“Siento que estar viva en este tiempo, y tener una plataforma y estar despierta es un privilegio increíble, y ese es mi propósito”, dijo.