

2 de noviembre de 2025 - 11:10 PM

Los huevos son un alimento básico y una fuente importante de proteína, pero no todas sus presentaciones ofrecen los mismos beneficios. Aunque pueden prepararse estrellados, revueltos, a la mexicana o con jamón, la ciencia nutricional indica que existe una forma específica de cocinarlos que permite aprovechar al máximo sus propiedades.
Durante años, el huevo fue criticado por su contenido de colesterol. Sin embargo, investigaciones recientes demostraron que su consumo moderado puede formar parte de una dieta equilibrada.
Entre sus diversas formas de preparación, el huevo cocido destaca por conservar sus nutrientes intactos sin necesidad de añadir grasas durante la cocción. Esta característica lo convierte en una opción nutritiva, práctica y beneficiosa para la salud general.
Aquí la forma ideal de comer el huevo para aprovechar todos sus beneficios:
Un huevo cocido grande aporta cerca de seis gramos de proteína de excelente calidad, con los nueve aminoácidos esenciales que el cuerpo no puede producir. Estas proteínas ayudan en la reparación y el mantenimiento del tejido muscular, siendo especialmente útiles para personas físicamente activas o en crecimiento.
A diferencia de otros métodos, la cocción no reduce la disponibilidad de estos nutrientes, favoreciendo la recuperación muscular y la conservación de masa magra durante la pérdida de peso.
La yema cocida contiene colina, nutriente esencial que apoya la función cerebral, la memoria y la comunicación entre neuronas. También aporta luteína y zeaxantina, antioxidantes que protegen la retina de la luz azul y ayudan a prevenir la degeneración macular. Estos compuestos se liberan mejor cuando el huevo se cocina, lo que mejora su absorción y potencia sus efectos protectores sobre la vista y el cerebro.
Contrario a la creencia popular, el huevo cocido no eleva el colesterol en la mayoría de las personas. Su equilibrio de lípidos, con fosfolípidos como la fosfatidilcolina, favorece la salud cardiovascular.
Estudios recientes muestran que su consumo puede aumentar el colesterol HDL, conocido como “bueno”, sin alterar el LDL. Al no requerir aceites ni mantecas para su preparación, el huevo cocido evita la incorporación de grasas saturadas, lo que contribuye a mantener un sistema circulatorio saludable.
Con aproximadamente 78 calorías por unidad, el huevo cocido ofrece una alta densidad nutricional. Su combinación de proteínas y grasas saludables prolonga la sensación de saciedad y ayuda a reducir el consumo posterior de alimentos.
Además, el proceso digestivo de las proteínas aumenta ligeramente el gasto energético del cuerpo. Consumir un huevo cocido en el desayuno puede contribuir al control del apetito durante la mañana y facilitar la pérdida o el mantenimiento del peso corporal.
El huevo cocido contiene selenio, mineral con propiedades antioxidantes que fortalecen el sistema inmunológico. También aporta vitamina D, esencial para la absorción del calcio y la salud de los huesos. Su contenido en hierro, zinc y vitaminas del complejo B apoya múltiples funciones metabólicas.
La cocción elimina posibles bacterias como la salmonela, garantizando un consumo seguro sin afectar los nutrientes más resistentes al calor.
En resumen, el huevo cocido se consolida como una alternativa práctica, segura y completa para quienes buscan una nutrición equilibrada. Elegir esta preparación permite aprovechar sus beneficios sin añadir grasas ni perder su valor biológico.
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