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Cuando el vínculo amoroso empieza a afectar la salud mental y física, es momento de reevaluar la relación e intentar detectar qué es lo que no está funcionando.
Cuando el vínculo amoroso empieza a afectar la salud mental y física, es momento de reevaluar la relación e intentar detectar qué es lo que no está funcionando. (Ramon " Tonito " Zayas / STAFF)

“Fue una larga cadena de situaciones que nos llevaron lentamente hacia el final del matrimonio: dejamos de tomarnos de la mano en público y de salir juntos de noche, comenzamos a sentir que la pareja era un obstáculo para nuestra felicidad y empezamos a confiar en otros. A diferencia de muchas parejas, nunca nos peleamos. Con el tiempo aprendimos a evitarnos y, poco a poco, eso nos llevó a tomar la decisión de poner punto final al compromiso. Lamento que cuando vi las señales y entendí lo que significaban, ya era demasiado tarde” cuenta una lectora que prefirió el anonimato.

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