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El cerebro masculino... y femenino
En ellos el área de búsqueda sexual es 2.5 veces mayor
Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 15 años.
28 de abril de 2010 - 10:07 AM
El deseo sexual en el hombre es 2.5 veces mayor que el que se observa en el cerebro femenino. Esta información proviene de una nota escrita por la doctora Louann Brizendine, miembro del Consejo de Psiquiatría y Neurología y de la Junta Directiva de Examinadores Médicos y profesora de psiquiatría de la Universidad de California en San Francisco, autora del libro ‘El cerebro femenino' y del recientemente publicado ‘El cerebro masculino'.
Según la autora, a pesar de que las mujeres en el mundo entero lo han hecho por siglos, no se puede realmente culpar a los hombres por ser como son y esto es especialmente cierto ahora que conocemos que el cerebro masculino y femenino tiene profundas diferencias. "Nuestros cerebros en su mayor parte son similares. Somos de la misma especie después de todo. Pero las diferencias pueden a veces hacer que aparezcamos como que venimos de mundos apartados. El área de "marca tu espacio" (en el núcleo premamilar dorsal) es más grande en el cerebro masculino y contiene circuitos especiales para detectar los retos territoriales masculinos. Y la amígdala, el sistema de alarma frente a los peligros, retos y amenazas es también más grande en el hombre. Estas diferencias hacen que los hombres estén más alerta que las mujeres frente a las amenazas potenciales a su espacio. Mientras tanto, la parte del cerebro que se relaciona con "siento lo que tú sientes", es decir el sistema espejo-neuronal, es más grande y más activo en el cerebro femenino. Así que las mujeres pueden, de manera natural, sincronizarse con las emociones de otros mediante la lectura de sus expresiones faciales, la interpretación del tono de voz y otras claves emocionales no verbales", señala la doctora Brizendine.
Según esta especialista, quizás la mayor diferencia entre el cerebro masculino y el femenino sea que el hombre tiene un área de búsqueda sexual que es 2.5 veces mayor que la que tiene el cerebro femenino. No solamente esto, sino que al inicio de la adolescencia ellos producen de 200 a 250% más testosterona que la que produjeron durante la preadolescencia.
"Si la testosterona fuera cerveza, un niño de 9 años estaría recibiendo el equivalente de una taza diaria, pero el joven de 15 años estaría recibiendo el equivalente de dos galones diarios. Esto alimenta su motor sexual y hace imposible que pueda dejar de pensar en las partes del cuerpo femenino y en el sexo", dice la doctora Louann Brizendine.
Y así se inicia el "trance masculino"
Según la experta, toda esa testosterona lleva al hombre al trance masculino, esa mirada vidriosa que los hombres adquieren cuando ven los senos femeninos. "Como mujer que se siente parte de las primeras feministas, quisiera que los hombres pudieran detenerse para no entrar en este trance, pero la verdad es que ellos no pueden hacerlo.Sus circuitos cerebrales visuales están siempre dirigidos a la búsqueda de compañeras fértiles. Sea o no sea que intenten seguir a la tentación visual, tienen que chequear el material. Para un hombre, esta es la respuesta más natural del mundo, por eso se siente tan consternado por lo traicionada que se siente su esposa o novia cuando lo ve mirando a otra mujer. Los hombres miran a las mujeres atractivas de la misma manera en que nosotras miramos unas bellas mariposas. Ellas llaman la atención del cerebro masculino por un segundo, pero entonces desaparecen de su mente. Cinco minutos más tarde, mientras nosotras todavía estamos furiosas, él estará pensando en si quiere costillas o pollo para su cena. Y entonces nos pregunta: "¿qué sucede?". Nosotros respondemos: "nada" y él se alza de hombros y prende el televisor y nosotras nos enfurecemos y nos atemorizamos porque nos va a dejar por otra mujer", señala la doctora Brizendine.
Según la experta no es sorprendente entonces que los diferentes objetivos que los hombres y las mujeres tienen en los juegos de emparejamiento nos coloquen en equipos opuestos, al menos al comienzo. Ella dice que el cerebro femenino está condicionado a buscar seguridad y confianza en una posible pareja antes de que ella acepte tener relaciones sexuales. Pero el cerebro masculino está alimentado para emparejarse una y otra vez hasta que lo haga con alguien para toda la vida.
"A pesar de todos los estereotipos que apuntan a lo contrario, el cerebro masculino puede enamorarse tanto y tan rápido como el cerebro femenino, incluso hasta más. Cuando él encuentra y establece su visión de capturar "esa presa", emparejarse con ella se convierte en su objetivo primordial y, cuando él tiene éxito, su cerebro hace una impresión indeleble en ella. La pasión y el amor se juntan y él queda atrapado", señala la experta.
Sus emociones son profundas
A pesar de que los hombres han ganado la reputación de ser más estoicos que las mujeres, en realidad tienen reacciones emocionales más fuertes que ellas solo que no las demuestran muy a menudo.
"El cerebro masculino puede enamorarse tanto y tan rápido como el femenino y hasta más que éste", sentencia Louann Brizendine.
Por otro lado, los estudios de los rostros masculinos demuestran que la reacción emotiva inicial del cerebro masculino puede ser más fuerte que la del cerebro femenino. Pero, dentro de 2,5 segundos, el cambia su rostro para esconder la emoción o incluso revertirla. La práctica repetitiva de esconder sus emociones les da a los hombres ese clásico rostro de atizadores que los actores de cine suelen representar tan bien en la pantalla grande.
Es su rostro atizador y su respuesta analítica a los problemas personales, lo que le puede meter en problemas. "Ella está llorando mientras habla sobre lo que está mal con la relación y, en lugar de abrazarla, la mente de él está corriendo hasta encontrar el camino para resolver el problema tan pronto como sea posible. Con práctica y a causa de la forma en que sus cerebros están conectados, los hombres usan sus estructuras cerebrales analíticas, no las emocionales para encontrar una solución", señala la experta.
Sin duda ellos disfrutan de esta ventaja pero las mujeres a menudo lo toman como una provocación. "Cuando le estás contando a tu esposo tu problema y él trata de resolverlo en lugar de escucharte primero, lo que se te pasa por la mente es que es insensible. Pero no es eso lo que está pasando por su cerebro. Él está tratando de resolver el problema para poder aliviar tu angustia lo más rápido posible, no es porque no le importes o no quiera escucharte, sino porque te ama", dice Brizendine.
Cuando los hombres maduran, las hormonas cerebrales masculinas cambian y el cerebro masculino y su cuerpo pasan al estado de la vida llamado andropausia. La reina de las hormonas masculinas, la testosterona disminuye y la reina de las hormonas femeninas, el estrógeno sube.
Que el abuelo se convierta en el héroe de los nietos o en el viejo cascarrabias que detestan visitar dependerá en gran parte de cómo maneja estos cambios hormonales. Por ejemplo, si los niveles de testosterona caen a un nivel anormalmente bajo, ese hombre se sentirá cansado, irritable y hasta deprimido.
Algunos hombres que se encuentran experimentando esta condición buscan una terapia de reemplazo hormonal y otros encuentran mejoras a través del ejercicio, el sexo más frecuente y el pasar más tiempo con la gente. Esa es la realidad hormonal masculina y hay que aceptarla.
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