Suena casi como un contrasentido, pero no lo es: para reconocer la estupidez hay que ser inteligente. No existe otro camino, otra vía, que la razón y la lógica para al menos aproximarse a una noción del ser estúpido. Es como los viejos dilemas que definen algo en relación con su antagonista: ¿es la luz ausencia de oscuridad? o ¿es la oscuridad ausencia de luz? “Sí, pero no”, sería la respuesta para este caso, respuesta que se oye estúpida pero no lo es tanto, en especial cuando nos damos cuenta de que si bien la falta de inteligencia en el actuar suele relacionarse con la estupidez, no toda falta de inteligencia es estupidez. ¿Acaso decimos que los animales son estúpidos? Pues no. No es tan simple.
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Estupidez no es asunto de tontos
¿Existe un lugar del cerebro en el que se aloje la estupidez?
Nota de archivo
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