Las alarmas sanitarias resuenan en México con el sorpresivo regreso de una plaga considerada erradicada por más de 30 años: el gusano barrenador.

Su reaparición no solo ha afectado al ganado, sino que el 17 de abril se confirmó el primer caso humano de miasis en una mujer de 77 años en el estado sureño de Chiapas.

Mientras, esta semana, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, informó que aumentaron a seis las personas afectadas por este parásito, en momentos en que Estados Unidos mantiene cerrada la frontera a la importación del ganado mexicano bovino.

El regreso de esta plaga en suelo mexicano plantea una interrogante clave: ¿qué es el gusano barrenador y por qué representa una amenaza tanto para los animales como para las personas?

De acuerdo con el gobierno de México, el gusano barrendador es una larva de la mosca Cochliomyia hominivorax que puede invadir los tejidos de cualquier animal de sangre caliente, incluidos los humanos. No obstante, infestan comúnmente al ganado.

El parásito tiende a alimentarse del tejido vivo de los mamíferos, ocasionando graves daños y lesiones que podrían llegar a ser mortales.

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el gusano es endémico en las regiones tropicales y subtropicales de las Américas, que incluyen países de América del Sur, Cuba, Haití y la República Dominicana.

Su nombre hace referencia al comportamiento de las larvas, que, al alimentarse, barrenan o perforan los tejidos sanos.

El portal del CDC, a su vez, informa que las heridas abiertas tienden a atraer a las moscas de gusano barrenador. En esas heridas, depositan sus huevos.

El CDC detalla que la miasis consiste en una infestación parasitaria de larvas de mosca, en este caso del gusano barrenador, en un tejido humano.

Estas infestaciones son descritas como muy dolorosas y los síntomas pueden incluir los siguientes: sentir que se mueven larvas en una herida de la piel, la nariz, la boca o los ojos; ver las larvas en alguna llaga abierta; lesiones de piel sin causa aparente que no sanan o empeoran con el tiempo; sangrado en heridas abiertas; y un olor repugnante en la zona afectada.

El gobierno de México, a su vez, compartió que los signos clínicos más comunes de la miasis incluyen fiebre, depresión y falta de apetito. Estos síntomas pueden reflejarse tanto en animales como humanos.

Aquellas personas que viajen a regiones donde habitan estas moscas poseen un mayor riesgo de ser afectadas.

Sin embargo, otras banderas rojas que podrían facilitar la infección incluyen el tener una herida abierta, tener el sistema inmune debilitado, padecer de alguna condición médica que provoque llagas abiertas y dormir al ir aire libre, detalla el CDC.

Las personas que trabajan frecuentemente con ganado en esas regiones también podrían estar expuestas a un mayor riesgo.

De acuerdo con los CDC, las infestaciones por el gusano barrenador inician cuando la mosca Cochliomyia hominivorax deposita huevos en heridas o en otras partes del cuerpo de animales de sangre caliente vivos.

“El olor de una herida o una abertura como la nariz, la boca, los ojos o el cordón umbilical de un animal recién nacido, o sus genitales, atrae a las moscas hembra”, precisa el portal.

Una mosca puede poner entre 200 y 300 huevos a la vez y hasta 3,000 huevos durante su vida de entre 10 y 30 días.

Una vez los huevos eclosionan, se convierten en larvas que entonces se adentran en la herida para alimentarse.

El CDC sostiene que la prevención es clave para que los humanos puedan protegerse de la miasis.

Por ello, compartió las siguientes recomendaciones para las personas que viajan a regiones tropicales donde podría habitar el gusano barrenador: