Maddie Tait, podóloga con práctica en Londres, advirtió en un video publicado en su cuenta de TikTok sobre tres errores frecuentes que muchas personas cometen al cuidar sus pies.

Según explicó, estas prácticas, aunque comunes, pueden derivar en molestias persistentes o afecciones podológicas más serias si no se corrigen a tiempo.

Tait señaló que uno de los hábitos más perjudiciales es utilizar calzado demasiado pequeño. “Tus pies se hinchan y se expanden durante el día, así que probablemente termines con una ampolla muy rápido”, advirtió. Según explicó, este tipo de calzado puede provocar fricción que derive en ampollas, callos y juanetes.

La especialista recomendó optar por tallas adecuadas y calzado que permita la expansión natural del pie a lo largo del día. Además, recordó que las ampollas no deben reventarse, ya que hacerlo aumenta el riesgo de infección. En su lugar, recomendó mantenerlas limpias y protegidas con apósitos adecuados.

Otro error habitual que mencionó Tait es no hidratar los pies con regularidad, particularmente durante los meses más cálidos. “Estar en la playa, en la arena o bajo el sol hace que los pies necesiten más cuidado”, explicó. La deshidratación puede causar talones agrietados, durezas y callos.

Para evitar estos problemas, aconsejó aplicar crema hidratante durante todo el año, no solo en verano, y prestar especial atención a zonas propensas a la resequedad, como los talones.

El tercer error que destacó la podóloga es el uso prolongado de chancletas para caminar largas distancias. Aunque son adecuadas para la playa o la piscina, no ofrecen soporte suficiente para caminatas extensas. “Este tipo de calzado altera la forma de caminar y puede generar dolor en pies y articulaciones”, indicó.

Incluso advirtió que su uso al conducir puede representar un riesgo adicional. Por eso, recomendó limitar su uso a contextos apropiados y preferir calzado con mayor soporte para actividades prolongadas.

Tait aconsejó consultar con un profesional si se presentan signos de infección, dolor persistente o lesiones recurrentes. Un diagnóstico oportuno puede prevenir complicaciones y garantizar un tratamiento adecuado.