14 de septiembre de 2025 - 9:41 AM
A Carolina Bennazar le encantaba pintar y siempre vivía seducida por el arte. Aunque durante su niñez llegó a pensar que estudiaría algo relacionado con las bellas artes, se vio tentada a estudiar arquitectura. Sin embargo, un campamento relacionado con este arte y ciencia de diseñar y construir edificios y otros elementos, la llevó a desistir y a inclinarse por el diseño de interiores.
“Pensaba que como la arquitectura y el diseño de interiores estaban tan atados, no estaba segura y fue como un riesgo que me tomé. Fui a la Universidad de Syracuse, por si me tenía que cambiar, pero me encantó”, relató a Magacín acerca de sus inicios como diseñadora de interiores, que comenzó a laborar en una compañía de diseño de residencias en New York, para cumplir con su sueño de vivir en “La Gran Manzana”.
No obstante, después de una Navidad se cansó del frío neoyorquino y regresó a su cálida tierra, donde tuvo la oportunidad de trabajar unos tres años con una diseñadora, antes de optar por lo que sería forjar su propio camino. Aun con los retos y lo cuesta arriba que puede ser lanzarse con su propia compañía, ya contaba con una experiencia adquirida y la decisión estaba tomada.
“Me arriesgué. En aquel momento todo fue con referido, básicamente”, mencionó al recordar lo que fueron sus primeros pasos al aventurarse como fundadora de su empresa en el 2016. “Empecé diseñando una oficina de dermatología. Me arriesgué cobrando súper poquito para que me dijeran que sí. Para ese entonces, las redes sociales no eran lo que son ahora y mercadearse era distinto. Así que mis primeros clientes fueron por referido. A esa oficina médica iba mucha gente y preguntaban quién hizo la oficina. Pero, la promoción no era lo que es ahora. Ahora todo es más fácil”, señaló la diseñadora, quien se ha dado a conocer como “Caro”.
Ya ha pasado casi una década de lo que describe como “una aventura”, por todas las responsabilidades, y los riesgos que esto implica.
“Cuando se están acabando los proyectos, a uno le da un poco de miedo, pero siempre ha llegado otro. Así que ya me he acostumbrado a cogerlo con calma, a que siempre va a llegar el otro. Todo a su tiempo”, manifestó como una de las lecciones recibidas en este proceso.
Así como para algunos, la pandemia por COVID a Caro le sirvió como una puerta abierta hacia un mundo de posibilidades, en la que no solo se desempeñara como diseñadora de interiores, sino de tener un espacio abierto al público con su sello personal Caro Bennazar Home.
“Fue una decisión que tomé con mi esposo porque no puedo hacer las dos cosas a la vez. Obviamente, el diseño me consume muchísimo tiempo. Casi la mayoría del tiempo siempre estoy encerrada diseñando y atendiendo a los clientes de diseño, por lo que él se encarga de la parte de la tienda”, destacó Carolina con relación a lo que fue la primera ubicación de su tienda en la Calle Cerra, en Santurce, en donde permaneció por dos años.
Ese trabajo compartido le permite no perder ese trato “one on one” que le distingue y la razón por la que más le contratan.
“El servicio que yo doy es bien personal. Tengo que conocer bien a las personas, yo conozco bien a las familias. Entro en un mundo bien personal para diseñar las casas de las personas y me consume muchísimo tiempo”, señala mientras destaca que conocer bien a sus clientes le inspira a crear esos espacios que se ajustan a su necesidad y estilo de vida.
Como diseñadora, a Caro le distingue el crear ambientes bien calmados, que brinden mucha paz y felicidad, especialmente para las familias, con diseños distinguidos por la estética, pero también por la funcionalidad.
“No tiendo a diseñar oscuro. Me gusta que la gente se sienta fresh y que se sienta feliz. Por eso siento que muchas familias con niños pequeños me contactan. Mi estilo es más familiar, casi nunca me llama una persona soltera. Siempre son familias, porque trato de crear un ambiente bien cómodo. Pienso mucho en las personas que van a usar esos espacios, así que procuro que todo sea práctico y refreshing. Me gusta usar mucho los materiales naturales, que te conecten con la naturaleza, así como madera o piedra, algo más zen”, agregó Caro, quien al momento de esta entrevista estaba en su séptimo mes de gestación.
Al mismo tiempo, señaló que nunca escoge un sofá que sea incómodo, razón por la que explica que en general es un proceso que conlleva tiempo, que comienza con el diseño de los planos, con el que se asegura que todas las áreas sean súper funcionales, según las necesidades del cliente, para luego pasar a lo estético.
“El servicio que ofrezco a los clientes no es solo diseño, sino también de Project Management. Nos encargamos de poner todas las órdenes y de estar presentes cuando se reciban los productos para asegurarnos que todo quede según el diseño. Eso es bien meticuloso. Nunca entregamos un diseño y ahí queda. Estamos desde el paso uno hasta la velita”, detalló acerca de lo que ha sido su proceso de crecimiento, descrito como uno que ha ido evolucionando “poco a poco”.
Además, se enfoca en proyectos residenciales y comerciales, incluyendo hoteles y restaurantes. “Nos fascina este reto, ya que nos permite experimentar con un lado más creativo”, amplió.
Esta diseñadora de interiores amplió las posibilidades de que su trabajo le brinde una enorme satisfacción. De una tienda pequeña que más bien se enfoba en accesorios e iluminación, fue la artífice de seleccionar un espacio más grande, hermosamente diseñado para exhibir más productos.
A solo semanas de convertirse en madre por segunda ocasión y luego de un año de remodelación, pudo ver realizado su anhelo de abrir las puertas al público de la nueva localización de Caro Bennazar Home, ubicada en la 306 Avenida de la Constitución, en San Juan.
“La tienda la abrimos también con la visión de poder darle esa misma calidad que le damos a nuestros clientes de diseño, pues a todo el mundo. No necesariamente nos tienen que contratar para diseñar la casa, sino que pueden acceder a los productos que nosotros utilizamos para los clientes. Siempre estamos viajando y vamos a varias ferias al año para buscar productos distintos, que tengan carácter, sin sacrificar la comodidad. Los diseños nuestro siempre varían porque todos los clientes son distintos, por lo que quisimos traer ese feeling a la tienda, para que todo el mundo lo pueda comprar”, compartió.
Entre las líneas de muebles exclusivas que trabajan están: Moooi, Nature Design, Art Nova, Papadatos, Marac y Caccaro. Los muebles que ofrece incluye una gama de colores tenues, aunque también van a encontrar cosas con un poquito más de color como acento. En cuanto a ambientación, tienen disponibles plantas, alfombras y diversidad de accesorios.
Junto a su esposo, asegura que conforman gran equipo, pues mientras ella se enfoca en toda la parte creativa, su compañero se encarga de la parte administrativa.
“Juntos somos un gran equipo, un buen equipo que me libera de responsabilidades que no siempre son las más divertidas”, añadió Caro, quien al momento, cuenta con siete personas como parte de su staff de diseño, mientras que en la tienda ubicada en la zona de Puerta de Tierra tiene a tres empleados.
“Al presente me tengo que concentrar mucho en esta tienda, en este nuevo proyecto y en la bebé que viene en camino, que me va a consumir mucho tiempo”, dijo esta mujer, madre, esposa, profesional y empresaria, que con entusiasmo combinar sus diversos roles. En un tiempo futuro no muy lejano vislumbra abrir un espacio para ofrecer unas “mini consultas” que se limiten a la ambientación y “styling” en el hogar con accesorios.
“Realmente, todo lo que hago lo veo como algo inspirador para mis hijas, quienes crecen y me ven en un rol de mujer trabajadora. Eso es lo más que me inspira a seguir”, agrega a la vez que envía un mensaje a todas aquellas personas que les llama la atención el diseño de interiores, pero que aún no están decididas.
“Esta es una profesión que genuinamente te tiene que encantar porque es una que te consume mucho para poder hacerlo bien. Es necesario estar bien presente con los clientes, pero a la misma vez es una profesión hermosa. Hoy en día hay más oportunidades que nunca, que pienso que se deben de educar para que se puedan distinguir y estar bien preparadas, para poder resaltar en este campo. Es una profesión bien bonita”, respondió.
“Lo más que satisface es cuando el cliente te textea y te dice, ‘gracias, soy tan feliz en mi casa...’. No hay nada mejor paga, que te digan ese mensaje, esa es la satisfacción más grande”, concluyó.
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