Los Ángeles— Las autoridades federales de inmigración llevaron a cabo operativos en varios lugares de Los Ángeles el viernes, lo que provocó enfrentamientos cuando multitudes se reunieron frente a un almacén y otros lugares de la ciudad para protestar por la actividad.

Agentes federales estuvieron presentes en una tienda Home Depot, un complejo de apartamentos, tribunales federales y en el distrito de la moda, dijo Jorge-Mario Cabrera, portavoz de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA, en inglés).

La Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) se negó a discutir los detalles de sus operaciones. La agencia dijo que rutinariamente arresta a no ciudadanos ‘que cometen delitos y a otros individuos que han violado las leyes de inmigración de nuestra nación’.

“Nuestra comunidad está siendo atacada y aterrorizada. Estos son trabajadores, estos son padres, estas son madres, y esto tiene que parar. La aplicación de la ley de inmigración que está aterrorizando a nuestras familias en todo este país y recogiendo a nuestra gente que amamos debe parar ahora”, dijo Angélica Salas, directora ejecutiva de CHIRLA.

Salas dijo que su organización ha confirmado la detención de 45 personas en siete lugares.

Cabrera dijo que personas que llamaron a una línea directa de respuesta rápida informaron de docenas de arrestos.

La estación KABC-TV informó que multitudes intentaron impedir que los agentes salieran de un lugar después de que terminara su operación. Imágenes aéreas transmitidas por la estación mostraron a agentes lanzando bombas de humo o granadas de aturdimiento en la calle para dispersar a la gente y poder alejarse en camionetas SUV, furgonetas y vehículos de estilo militar.

La estación mostró a una persona corriendo hacia atrás con las manos en el capó de una camioneta blanca en movimiento en un aparente intento de bloquear el vehículo. La persona cayó hacia atrás, aterrizando de plano en el suelo. La camioneta retrocedió, rodeó al individuo y salió a toda velocidad mientras otros en la calle le arrojaban objetos.

Otro video mostró a personas siendo esposadas por autoridades federales en un estacionamiento de Home Depot.

En uno de los lugares, defensores de los derechos de los inmigrantes utilizaron megáfonos para hablar con los trabajadores dentro de una tienda, recordándoles sus derechos constitucionales e instruyéndoles a no firmar nada ni decir nada a los agentes federales, informó el diario Los Angeles Times.

Los defensores también dijeron a los agentes federales que los abogados querían acceso a los trabajadores, y a veces gritaban nombres específicos, informó el periódico.

Entre los nombres que los defensores de los inmigrantes gritaron estaba el de Marco García, de 37 años. Afuera, su hija, Katia García, de 18 años, miraba dentro de la tienda mientras los agentes federales recorrían el lugar.

“Estoy en incredulidad”, dijo al diario Los Angeles Times. “No puedo creer que esto esté sucediendo”.

Katia García, ciudadana estadounidense, dijo que fue notificada sobre la situación de su padre por teléfono, salió de la escuela y se dirigió a la tienda de ropa. Dijo que su padre es indocumentado y ha estado en Estados Unidos durante 20 años.

“Nunca pensamos que esto nos sucedería”, dijo.

La alcaldesa Karen Bass dijo que la actividad tenía como objetivo “sembrar el terror”.

“Como alcaldesa de una ciudad orgullosa de inmigrantes, que contribuyen a nuestra ciudad de tantas maneras, estoy profundamente enojada por lo que ha sucedido. Estas tácticas siembran el terror en nuestras comunidades e interrumpen los principios básicos de seguridad en nuestra ciudad”, dijo Bass.

El jefe de la policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, dijo en una declaración escrita que su departamento estaba al tanto de las actividades de aplicación de la ley.

“Soy consciente de que estas acciones causan ansiedad a muchos angelinos, así que quiero dejar claro: el Departamento de Policía de Los Ángeles no está involucrado en la aplicación de la ley de inmigración civil”, dijo en un comunicado.

A principios de esta semana, Todd Lyons, el jefe de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, defendió sus tácticas contra las críticas de que las autoridades están siendo demasiado duras al intensificar los arrestos hacia las promesas del presidente Donald Trump de deportaciones masivas.

“Lo siento si la gente se siente ofendida por que lleven máscaras, pero no voy a dejar que mis agentes salgan y pongan sus vidas en peligro, su familia en peligro porque a la gente no le gusta lo que es la aplicación de la ley de inmigración”, dijo en una conferencia de prensa el lunes en Boston para anunciar casi 1,500 arrestos en la región como parte de una “operación de aumento” de un mes.

Once de los 15 miembros del Ayuntamiento de Los Ángeles emitieron una declaración acusando a las agencias federales de inmigración de “una escalada atroz”.

“Este ataque indiscriminado contra niños y familias no solo perjudica a las personas que se ven directamente afectadas, sino que destruye el sentido de confianza y seguridad de nuestras comunidades en sus propios hogares”, decía la declaración.

Los concejales dijeron que Los Ángeles fue construida por inmigrantes y prospera gracias a los inmigrantes.

“No acataremos las tácticas de miedo para apoyar agendas políticas extremas que tienen como objetivo avivar el miedo y sembrar la discordia en nuestra ciudad”, decía la declaración.

La declaración fue emitida por los concejales Eunisses Hernandez, Adrin Nazarian, Bob Blumenfield, Nithya Raman, Katy Yaroslavsky, Imelda Padilla, Marqueece Harris-Dawson, Heather Hutt, Hugo Soto-Martínez, Ysabel Jurado y Tim McOsker.