

1 de agosto de 2025 - 4:18 PM
Washington— La Corporación para la Difusión Pública (CBP, en inglés), una piedra angular de la cultura estadounidense durante tres generaciones, anunció el viernes que tomaría medidas para su propio cierre después de ser desfinanciada por el Congreso de Estados Unidos, lo que marca el final de una era de casi seis décadas en la que impulsó la producción de renombrados programas educativos, contenido cultural e incluso alertas de emergencia.
La desaparición de la CPB, es el resultado directo de los ataques del presidente Donald Trump contra los medios públicos, de los que ha dicho repetidamente que están difundiendo puntos de vista políticos y culturales antitéticos a los que Estados Unidos debería defender. Se espera que el cierre tenga un profundo impacto en el panorama periodístico y cultural, en particular, en las estaciones de radio y televisión públicas en comunidades pequeñas en Estados Unidos. CPB ayuda a financiar tanto a PBS como a NPR.
La corporación también tiene profundos vínculos con gran parte de la programación más familiar del país, desde “All Things Considered” de NPR hasta, históricamente, “¡Sesame Street”, “Mister Rogers” Neighborhood” y los documentales de Ken Burns.
La corporación dijo que su fin, 58 años después de ser promulgada por el presidente Lyndon B. Johnson, vendría en un “proceso de liquidación ordenado”. En un comunicado, dijo que la decisión se produjo después de la aprobación de un paquete que incluía la desfinanciación y la decisión del jueves del Comité de Asignaciones del Senado de excluir la financiación para la corporación por primera vez en más de 50 años. La corporación esperaba que el nuevo presupuesto pudiera restaurar su financiación, pero eso no sucedió.
“A pesar de los extraordinarios esfuerzos de millones de estadounidenses que llamaron, escribieron y solicitaron al Congreso que preservara la financiación federal para CPB, ahora enfrentamos la difícil realidad de cerrar nuestras operaciones”, dijo Patricia Harrison, presidenta y directora ejecutiva de la corporación.
CPB dijo que informó a los empleados el viernes que la mayoría de los puestos de personal terminarán con el año fiscal el 30 de septiembre. Dijo que un pequeño equipo de transición permanecerá en su lugar hasta enero para terminar cualquier trabajo restante, incluyendo, dijo, “garantizar la continuidad de los derechos de música y regalías que siguen siendo esenciales para el sistema de medios públicos”.
“Los medios públicos han sido una de las instituciones más confiables en la vida estadounidense, proporcionando oportunidades educativas, alertas de emergencia, discurso civil y conexión cultural a todos los rincones del país”, dijo Harrison. “Estamos profundamente agradecidos a nuestros socios en todo el sistema por su resistencia, liderazgo e inquebrantable dedicación a servir al pueblo estadounidense”.
Las estaciones de NPR utilizan millones de dólares en dinero federal para pagar las tarifas de licencia de música. Ahora, muchos tendrán que renegociar estos acuerdos. Eso podría afectar, en particular, a los medios que construyen su programación en torno al descubrimiento de música. La presidenta y directora ejecutiva de NPR, Katherine Maher, estimó recientemente, por ejemplo, que alrededor del 96% de toda la música clásica transmitida en Estados Unidos se encuentra en estaciones de radio públicas.
El dinero federal para la radio y la televisión públicas se ha asignado tradicionalmente a la Corporation for Public Broadcasting, que lo distribuye a NPR y PBS. Aproximadamente el 70% del dinero va directamente a las 330 estaciones de PBS y 246 de NPR en todo el país, aunque esa es solo una forma abreviada de describir su impacto potencial.
Donald Trump, quien ha calificado a la CPB como una “monstruosidad”, ha dicho durante mucho tiempo que la radiodifusión pública muestra un sesgo liberal extremo, lo que ayudó a crear el impulso en los últimos meses para una oleada anti-radiodifusión pública entre sus partidarios en el Congreso y en todo el país. Es parte de una iniciativa más amplia en la que se ha dirigido a instituciones, particularmente culturales, que producen contenido o defienden actitudes que considera “antiamericanas”. La desaparición de la CPB representa una victoria política para esos esfuerzos.
Su impacto en el panorama mediático ha sido profundo. También ha atacado a los medios del gobierno de Estados Unidos que tenían estatutos de independencia, incluyendo la venerable Voice of America, terminando las operaciones de ese medio después de muchas décadas.
Donald Trump también despidió a tres miembros de la junta directiva de la corporación en abril. En una acción legal en ese momento, los directores despedidos dijeron que su despido fue una extralimitación gubernamental dirigida a una entidad cuyo estatuto garantiza su independencia.
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